Poco se sabe acerca de esta controversial casa, en donde los rumores en torno a ella llevan años haciendo de la misma, un lugar que inspira miedo para los chihuahuenses.
Se dice que en este lugar, vivía una familia acomodada, quienes tenían una hija, y mientras se encontraban todos en la residencia, se suscito un incendio, y esto hizo que la menor falleciera en el lugar, quedando todo completamente calcinado.
Otras versiones cuentan que la madre de esta infante provocó el incendio, ya que tenía algún tipo de problema, en esta versión la menor también fallece de la misma manera, calcinada, ya que el lugar empezó a destruirse dejando a la niña inmovilizada y rodeada por el fuego.
Sea cual sea la causa del incendio, es innegable que este lugar se quemó, pues quienes han entrado a la casa lo han comprobado.
Dice la gente, que la niña se aparece en el sótano en las noches.
También dicen que se escuchan ruidos extraños, similares a golpes de piedras contra las paredes y pisadas de personas en la planta alta, aunque las escaleras para acceder a esta planta quedaron destruidas.
Si consideras que jamás vas a poder tener un niño te engañas, la esterilidad se alivia con esta fórmula http://trucosparaquedarembarazada.netint.info/?WGx... Soy el vivo ejemplo que este procedimiento va. Después de que el especialista fue preciso, no estaba capaz de tener hijos estaba desacertado, hoy en día ulteriormente al unas semanas de seguir este método£este procedimiento£esta fórmula£esta práctica} estoy embarazada.
Chihuahua fue conocido mundialmente por la leyenda de Pascualita, que ha perdurado por años y que admira a chicos y grandes.
Las leyendas han sido contadas de generación en generación y, aunque se basan en hechos reales, cada quien le pone algo de su imaginación; por eso nunca escuchamos exactamente la misma versión.
Los túneles que se dice están por toda la ciudad y que eran usados por los revolucionarios son algunas de las versiones que hay entre los chihuahuenses; al igual que los tesoros escondidos en el Cerro Grande, la Caja Negra de Majalca o la casa embrujada de la colonia Lomas del Santuario, que ha atraído a cientos de jóvenes para explorarla y saber si en realidad hay apariciones o cosas extrañas en su interior.
El conocido relato de Pascualita:
Sin duda la leyenda más famosa es la de Pascualita. En el Centro de la ciudad, en una tienda de novias, está Pascualita, un maniquí que se decía era una mujer embalsamada que muchos de los que por ahí pasan dicen que los sigue con la mirada y que siempre tiene el modelo más exclusivo de la boutique, pero que ninguna novia puede usar en su boda porque cae una maldición de infelicidad.
En la esquina de la avenida Ocampo y calle Victoria está el maniquí, que incluso fue examinado para determinar si se trataba de un cuerpo humano embalsamado o no.
La Popular, que es el nombre de la tienda de vestidos de novia que conserva el maniquí, tiene al lado de Pascualita un escrito con las diferentes versiones míticas alrededor de la figura, que es leído por los cientos de personas que diariamente pasan por el lugar.
El escrito dice: "Un 25 de marzo, día de la Encarnación del año de 1930, llegó a la ciudad de Chihuahua, al aparador de La Popular, La Casa de Pascualita, un maniquí que conmocionaría a propios y extraños por tener una imagen viviente y por el asombroso parecido con su propietaria, la señora Pascualita Esparza Perales de Pérez, y con su hermana Cuca, así como por la influencia de las películas de misterio que se proyectaban en aquella época.
"Se decía que era el cuerpo embalsamado de la hija de Pascualita. Ella nunca desmintió tales versiones, mismas que fueron publicadas por los periódicos de la ciudad. Estas publicaciones eran afanosamente buscadas por la misma Pascualita, quien las exhibía en el aparador de Chonita, como originalmente bautizaron a la figura, por haber llegado el día de la Encarnación. En un auténtico imán se convirtió la leyenda de Chonita o Pascualita, como muchos le llamaban, que fueron en verdad multitudes de la ciudad y de diferentes partes del estado los que en el transcurso de los días se aglomeraban en la acera para analizar cada detalle de la figura femenina, que más que artesanía era una obra de arte. Hubo días en que se reunió tanta gente que el tráfico vial de la calle Libertad, lugar donde inició La Popular, llegó a suspenderse.
"Pascualita recibía numerosas acusaciones por teléfono, por ir contra la moral, así como visitas a la tienda, que ante el menor descuido, clavaban sus uñas en el rostro del maniquí, dejándole huellas que durarían por décadas, por lo que Pascualita optó por hacer público que no se trataba de un cuerpo embalsamado.
"Por ser un maniquí de cera, con cabello, cejas y pestañas naturales insertadas una por una, Chonita requería una serie de cuidados especiales, además de aquellos propios de cualquier persona, como es el baño con champú. En una ocasión llegaron a la tienda, ya ubicada en la esquina de las calles Ocampo y Victoria, unos judiciales con la orden de hacer una investigación,
"Pascualita pidió a los policías que regresaran después, porque Chonita se encontraba en su baño, ante lo que los investigadores acumularon más dudas e insistieron en el caso".
Dice la historia que tal fue la insistencia que los oficiales sacaron el maniquí envuelto en una bata y con una toalla cubriéndole el pelo. La revisión se les permitió sólo del rostro, y así dictaminaron que era una figura de cera con perfectos ojos de cristal.
Entre las historias que han surgido alrededor de la figura, es que el día de la boda de la hija de Pascualita un animal ponzoñoso le cayó en la corona a la novia, le picó y la hizo caer muerta en el altar, por lo que su madre quiso conservarla siempre vestida de blanco, tal como murió, y la mandó embalsamar. Se dice que por las noches camina por la tienda, que sigue a las personas con la mirada y que incluso llora en ciertas épocas del año.
Otra de las versiones acerca de Pascualita o Chonita es que un gurú que llegó a Chihuahua se enamoró del maniquí y que cada día iba a verla.
Su amor fue tan grande que le dio vida a la figura y, cada noche, a las 22 horas, la esperaba en la calle Victoria para llevarla del brazo a visitar los lugares más exclusivos de la capital.
El gurú trató de comprar el maniquí, pero su dueña no quiso venderlo, y este, en venganza, le prendió fuego a la figura.
Dicen que se quemó todo, menos el rostro, que se conserva en un cuerpo de yeso en el aparador de la tienda.
El Espíritu de los Ladrones:
También del Cerro Grande otra de las leyendas que se cuentan es la de dos colonizadores que traicionaron a sus compañeros. Según la leyenda, dos españoles que se dedicaban a la extracción de metales preciosos, motivados por los espíritus indios que en aquel entonces cuidaban su territorio, robaron 300 kilos de oro puro y decidieron esconderlo en la parte media del cerro. El tesoro fue escondido bajo una gran piedra; pero al tratar de regresar a la ciudad vieron que alguien los seguía y se dirigía hacia ellos, por lo que prefirieron regresar y subir a lo más alto del cerro.
Al estar en la cumbre se dieron cuenta de que los estaban vigilando y esperando para atraparlos; al sentirse descubiertos y temerosos por lo que les pudiera pasar si bajaban y se encontraban con los hombres que pensaban atraparlos, los dos ladrones prefirieron bajar por el lado más accidentado y peligroso del cerro.
Los hombres iban caminando desesperados y asustados, cuando de pronto una piedra grande se desprendió y provocó que los ladrones se fueran al vacío, sin embargo cuando el resto de los hombres que los perseguían llegaron a buscar sus cuerpos nunca los encontraron.
Desde entonces cuentan que los espíritus de esos dos españoles protegen a todos los ladrones que se refugian en el cerro, pero que asustan y alejan a todos aquellos que buscan el tesoro que quedó oculto, y que es tanto oro que nunca se acabaría.
Del Cerro Grande... El Templo Chino:
Cuenta la leyenda que al subir a la parte más alta del cerro y mirar hacia el sureste, justo en el horizonte se alcanzaban a distinguir unas banderas rojas, y si uno esperaba a que el ocaso coincidiera con ellas, en ese momento se podía apreciar un majestuoso templo Chino.
Cuentan que después de ver el templo se debía de bajar sólo por el lado norte y antes de que oscureciera estar en el camino a la ciudad, si esto no se hacía correctamente la persona era atraída y sometida por el templo.
En Majalca... La Caja Negra:
Cuentan que un fin de semana cinco jóvenes salieron de esta ciudad de Chihuahua para acampar en Majalca. Al salir de sus casas la mamá de uno de ellos les hizo la recomendación de que no se regresaran tarde porque el camino podía ser peligroso.
Luis, uno de los jóvenes, se rió de la recomendación de la madre y durante todo el camino fue haciendo bromas y burlándose de ello.
El grupo pasó todo el fin de semana en Majalca, y el domingo se preparaban para regresar, pero se les hizo tarde y comenzó a llover, ellos se apuraron para salir a Chihuahua, pero para su mala suerte se les ponchó una llanta y no traían un gato para cambiarla, por lo que comenzaron a buscar piedras con que levantar la Caribe, que era el auto en el que viajaban.
Los muchachos alcanzaron a ver un montón de piedras y se acercaron para tomar algunas, al quitar las rocas vieron que debajo había una caja negra y llamados por la curiosidad la abrieron.
Al destaparla encontraron un cadáver momificado que en su mano derecha tenía puesto un gran anillo rodeado de lujosas joyas; todos se asustaron y se sorprendieron, menos Luis, que ante el terror de sus compañeros se atrevió a quitarle la argolla, pero para su sorpresa, junto con ella arrancó la mano completa, y en ese momento le salpicó un líquido entre rojo y verde que salió del cuerpo, lo que hizo que todos salieran corriendo y gritando para pedir ayuda.
Los muchachos vieron que se acercaba un carro y le pidieron auxilio, era un Grand Marquis negro que se paró al verlos.
Luis estaba pálido, y al verlo los ocupantes del vehículo le ofrecen llevarlo al hospital, ya que se veía muy mal.
Luis se subió al carro y al ir en el camino se da cuenta de que la mujer que lo llevaba, además de estar muy fría estaba manca, y éste sin perder su sentido irónico, le pregunta: ¿Qué le paso a su mano? A lo que la mujer enfurecida le respondió ¡Tú me la quitaste!
Dice la leyenda que en el kilómetro 45 de la carretera entre Chihuahua y Ciudad Juárez que se toma para ir a Majalca fue encontrado el cuerpo de Luis, y el médico legista determinó que la causa fue un infarto al miocara
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Poco se sabe acerca de esta controversial casa, en donde los rumores en torno a ella llevan años haciendo de la misma, un lugar que inspira miedo para los chihuahuenses.
Se dice que en este lugar, vivía una familia acomodada, quienes tenían una hija, y mientras se encontraban todos en la residencia, se suscito un incendio, y esto hizo que la menor falleciera en el lugar, quedando todo completamente calcinado.
Otras versiones cuentan que la madre de esta infante provocó el incendio, ya que tenía algún tipo de problema, en esta versión la menor también fallece de la misma manera, calcinada, ya que el lugar empezó a destruirse dejando a la niña inmovilizada y rodeada por el fuego.
Sea cual sea la causa del incendio, es innegable que este lugar se quemó, pues quienes han entrado a la casa lo han comprobado.
Dice la gente, que la niña se aparece en el sótano en las noches.
También dicen que se escuchan ruidos extraños, similares a golpes de piedras contra las paredes y pisadas de personas en la planta alta, aunque las escaleras para acceder a esta planta quedaron destruidas.
que miedouy
Si consideras que jamás vas a poder tener un niño te engañas, la esterilidad se alivia con esta fórmula http://trucosparaquedarembarazada.netint.info/?WGx... Soy el vivo ejemplo que este procedimiento va. Después de que el especialista fue preciso, no estaba capaz de tener hijos estaba desacertado, hoy en día ulteriormente al unas semanas de seguir este método£este procedimiento£esta fórmula£esta práctica} estoy embarazada.
Chihuahua fue conocido mundialmente por la leyenda de Pascualita, que ha perdurado por años y que admira a chicos y grandes.
Las leyendas han sido contadas de generación en generación y, aunque se basan en hechos reales, cada quien le pone algo de su imaginación; por eso nunca escuchamos exactamente la misma versión.
Los túneles que se dice están por toda la ciudad y que eran usados por los revolucionarios son algunas de las versiones que hay entre los chihuahuenses; al igual que los tesoros escondidos en el Cerro Grande, la Caja Negra de Majalca o la casa embrujada de la colonia Lomas del Santuario, que ha atraído a cientos de jóvenes para explorarla y saber si en realidad hay apariciones o cosas extrañas en su interior.
El conocido relato de Pascualita:
Sin duda la leyenda más famosa es la de Pascualita. En el Centro de la ciudad, en una tienda de novias, está Pascualita, un maniquí que se decía era una mujer embalsamada que muchos de los que por ahí pasan dicen que los sigue con la mirada y que siempre tiene el modelo más exclusivo de la boutique, pero que ninguna novia puede usar en su boda porque cae una maldición de infelicidad.
En la esquina de la avenida Ocampo y calle Victoria está el maniquí, que incluso fue examinado para determinar si se trataba de un cuerpo humano embalsamado o no.
La Popular, que es el nombre de la tienda de vestidos de novia que conserva el maniquí, tiene al lado de Pascualita un escrito con las diferentes versiones míticas alrededor de la figura, que es leído por los cientos de personas que diariamente pasan por el lugar.
El escrito dice: "Un 25 de marzo, día de la Encarnación del año de 1930, llegó a la ciudad de Chihuahua, al aparador de La Popular, La Casa de Pascualita, un maniquí que conmocionaría a propios y extraños por tener una imagen viviente y por el asombroso parecido con su propietaria, la señora Pascualita Esparza Perales de Pérez, y con su hermana Cuca, así como por la influencia de las películas de misterio que se proyectaban en aquella época.
"Se decía que era el cuerpo embalsamado de la hija de Pascualita. Ella nunca desmintió tales versiones, mismas que fueron publicadas por los periódicos de la ciudad. Estas publicaciones eran afanosamente buscadas por la misma Pascualita, quien las exhibía en el aparador de Chonita, como originalmente bautizaron a la figura, por haber llegado el día de la Encarnación. En un auténtico imán se convirtió la leyenda de Chonita o Pascualita, como muchos le llamaban, que fueron en verdad multitudes de la ciudad y de diferentes partes del estado los que en el transcurso de los días se aglomeraban en la acera para analizar cada detalle de la figura femenina, que más que artesanía era una obra de arte. Hubo días en que se reunió tanta gente que el tráfico vial de la calle Libertad, lugar donde inició La Popular, llegó a suspenderse.
"Pascualita recibía numerosas acusaciones por teléfono, por ir contra la moral, así como visitas a la tienda, que ante el menor descuido, clavaban sus uñas en el rostro del maniquí, dejándole huellas que durarían por décadas, por lo que Pascualita optó por hacer público que no se trataba de un cuerpo embalsamado.
"Por ser un maniquí de cera, con cabello, cejas y pestañas naturales insertadas una por una, Chonita requería una serie de cuidados especiales, además de aquellos propios de cualquier persona, como es el baño con champú. En una ocasión llegaron a la tienda, ya ubicada en la esquina de las calles Ocampo y Victoria, unos judiciales con la orden de hacer una investigación,
"Pascualita pidió a los policías que regresaran después, porque Chonita se encontraba en su baño, ante lo que los investigadores acumularon más dudas e insistieron en el caso".
Dice la historia que tal fue la insistencia que los oficiales sacaron el maniquí envuelto en una bata y con una toalla cubriéndole el pelo. La revisión se les permitió sólo del rostro, y así dictaminaron que era una figura de cera con perfectos ojos de cristal.
Entre las historias que han surgido alrededor de la figura, es que el día de la boda de la hija de Pascualita un animal ponzoñoso le cayó en la corona a la novia, le picó y la hizo caer muerta en el altar, por lo que su madre quiso conservarla siempre vestida de blanco, tal como murió, y la mandó embalsamar. Se dice que por las noches camina por la tienda, que sigue a las personas con la mirada y que incluso llora en ciertas épocas del año.
Otra de las versiones acerca de Pascualita o Chonita es que un gurú que llegó a Chihuahua se enamoró del maniquí y que cada día iba a verla.
Su amor fue tan grande que le dio vida a la figura y, cada noche, a las 22 horas, la esperaba en la calle Victoria para llevarla del brazo a visitar los lugares más exclusivos de la capital.
El gurú trató de comprar el maniquí, pero su dueña no quiso venderlo, y este, en venganza, le prendió fuego a la figura.
Dicen que se quemó todo, menos el rostro, que se conserva en un cuerpo de yeso en el aparador de la tienda.
El Espíritu de los Ladrones:
También del Cerro Grande otra de las leyendas que se cuentan es la de dos colonizadores que traicionaron a sus compañeros. Según la leyenda, dos españoles que se dedicaban a la extracción de metales preciosos, motivados por los espíritus indios que en aquel entonces cuidaban su territorio, robaron 300 kilos de oro puro y decidieron esconderlo en la parte media del cerro. El tesoro fue escondido bajo una gran piedra; pero al tratar de regresar a la ciudad vieron que alguien los seguía y se dirigía hacia ellos, por lo que prefirieron regresar y subir a lo más alto del cerro.
Al estar en la cumbre se dieron cuenta de que los estaban vigilando y esperando para atraparlos; al sentirse descubiertos y temerosos por lo que les pudiera pasar si bajaban y se encontraban con los hombres que pensaban atraparlos, los dos ladrones prefirieron bajar por el lado más accidentado y peligroso del cerro.
Los hombres iban caminando desesperados y asustados, cuando de pronto una piedra grande se desprendió y provocó que los ladrones se fueran al vacío, sin embargo cuando el resto de los hombres que los perseguían llegaron a buscar sus cuerpos nunca los encontraron.
Desde entonces cuentan que los espíritus de esos dos españoles protegen a todos los ladrones que se refugian en el cerro, pero que asustan y alejan a todos aquellos que buscan el tesoro que quedó oculto, y que es tanto oro que nunca se acabaría.
Del Cerro Grande... El Templo Chino:
Cuenta la leyenda que al subir a la parte más alta del cerro y mirar hacia el sureste, justo en el horizonte se alcanzaban a distinguir unas banderas rojas, y si uno esperaba a que el ocaso coincidiera con ellas, en ese momento se podía apreciar un majestuoso templo Chino.
Cuentan que después de ver el templo se debía de bajar sólo por el lado norte y antes de que oscureciera estar en el camino a la ciudad, si esto no se hacía correctamente la persona era atraída y sometida por el templo.
En Majalca... La Caja Negra:
Cuentan que un fin de semana cinco jóvenes salieron de esta ciudad de Chihuahua para acampar en Majalca. Al salir de sus casas la mamá de uno de ellos les hizo la recomendación de que no se regresaran tarde porque el camino podía ser peligroso.
Luis, uno de los jóvenes, se rió de la recomendación de la madre y durante todo el camino fue haciendo bromas y burlándose de ello.
El grupo pasó todo el fin de semana en Majalca, y el domingo se preparaban para regresar, pero se les hizo tarde y comenzó a llover, ellos se apuraron para salir a Chihuahua, pero para su mala suerte se les ponchó una llanta y no traían un gato para cambiarla, por lo que comenzaron a buscar piedras con que levantar la Caribe, que era el auto en el que viajaban.
Los muchachos alcanzaron a ver un montón de piedras y se acercaron para tomar algunas, al quitar las rocas vieron que debajo había una caja negra y llamados por la curiosidad la abrieron.
Al destaparla encontraron un cadáver momificado que en su mano derecha tenía puesto un gran anillo rodeado de lujosas joyas; todos se asustaron y se sorprendieron, menos Luis, que ante el terror de sus compañeros se atrevió a quitarle la argolla, pero para su sorpresa, junto con ella arrancó la mano completa, y en ese momento le salpicó un líquido entre rojo y verde que salió del cuerpo, lo que hizo que todos salieran corriendo y gritando para pedir ayuda.
Los muchachos vieron que se acercaba un carro y le pidieron auxilio, era un Grand Marquis negro que se paró al verlos.
Luis estaba pálido, y al verlo los ocupantes del vehículo le ofrecen llevarlo al hospital, ya que se veía muy mal.
Luis se subió al carro y al ir en el camino se da cuenta de que la mujer que lo llevaba, además de estar muy fría estaba manca, y éste sin perder su sentido irónico, le pregunta: ¿Qué le paso a su mano? A lo que la mujer enfurecida le respondió ¡Tú me la quitaste!
Dice la leyenda que en el kilómetro 45 de la carretera entre Chihuahua y Ciudad Juárez que se toma para ir a Majalca fue encontrado el cuerpo de Luis, y el médico legista determinó que la causa fue un infarto al miocara