Bueno, tengo que decir un discurso ante alumnos mi escuela el tema es "La paz social" y no se que decir alguien me puede dar ideas..o lo que sea de ayuda ...se los agredecere mucho Xfa.....
La mente humana se ve incesantemente agitada por la fuerza de los deseos. A más deseos, más desasosiego, más insatisfacción y menos paz. A menos deseos, mayor quietud mental.
El hombre vive un momento en el que aún cree que satisfaciendo sus deseos se acerca a la felicidad, cuando la verdad es que cada deseo satisfecho genera emociones nuevas que mantienen la mente en un estado de efervescencia permanente y confieren, en la química social, un grado de inflamabilidad peligroso.
Ahora que truenan graves amenazas sobre la estabilidad de los pueblos, estos recuerdan a santa Bárbara y surge el anhelo colectivo por la paz, a través de la guerra.
Son pocos, sin embargo, los que van más allá del voluntarismo y comprenden que la paz hay que conquistarla primero en uno mismo. La paz social está aún muy lejana y sólo se producirá cuando el corazón de los hombres se sosiegue en el equilibrio de sus pasiones.
La paz es algo más que ausencia de guerra. Es una experiencia individual en la que la conciencia se sitúa en el centro de si misma tras trascender las tempestades de la mente. Es el ojo del huracán.
No es suficiente gritar en las calles ni llevar pegatinas para detener la ley inexorable del karma, o la relación causa-efecto. Todo buen pacifista debe comprender claramente que la causa última que arrastra a los hombres al conflicto, al enfrentamiento y, finalmente, a la guerra es el egoísmo y sus secuelas, la intolerancia, el orgullo y la ambición.
La paz social, hoy, es una utopía. No lo es, sin embargo, la paz individual, como no lo ha sido nunca. A lo largo del proceso de evolución de la humanidad ha habido hombres y mujeres que han logrado situar su conciencia en ese ojo del huracán de las pasiones humanas. En nuestra cultura se les conoce como santos, vocablo derivado, en última instancia, del sánscrito Shanti, que quiere decir paz. Fueron hombres que lograron la paz y a quienes las bárbaras acciones de sus contemporáneos no lograron encender.
En nuestros días, la dinámica de los acontecimientos ha desbordado todo control y nos arrastra vertiginosamente. El ominoso fragor de la cascada retumba cada vez más cercano.
Es, pues, el momento de que los amantes de la paz miren hacia adentro y descubran que esta vive en sus corazones y no en las calles.
No debe ser el terror a los horrores de la guerra la fuerza que mueva el ánimo de los pacifistas, sino la constatación y el deseo de compartir una experiencia interior que ellos ya poseen.
Este camino que lleva al ojo del huracán implica el control de la mente y los sentidos y no se puede improvisar. Requiere tiempo y un método. Por eso, a quien de veras le interesa la paz, le ha de interesar igualmente su Yo interior.
Del mismo modo que el resplandor de la luna es un reflejo de la luz del sol, la paz externa es solamente un reflejo de la paz interna. Para que un árbol crezca es preciso alimentar su raíz. No tiene objeto mojar, una a una, todas sus hojas. Del mismo modo, si queremos extender la paz en el mundo de nada servirá crear un orden artificial externo, sino que se impone establecerla primero en las mismas raíces del individuo. No hay que olvidar que la semilla que hoy sembraremos, será el fruto que mañana recojamos.
Cuando los hombres seamos capaces de poner orden en nuestro interior, habrá automáticamente orden en la sociedad. La paz hay que conquistarla dentro, no fuera. Los verdaderos enemigos de la paz son las pasiones, la cólera, la avaricia, la ambición, los deseos y los celos que empujan constantemente al hombre a acciones violentas, cegándole a toda razón.
Quien disciplina sus sentimientos y los acalla a través de la meditación en el silencio, encuentra automáticamente la paz. Lejos de todo deseo egoísta, la paz reside en lo más profundo del corazón. Para sentirla basta detenerse un momento, cerrar los ojos, relajar el cuerpo, dejar que la respiración se produzca de un modo fácil, suave, rítmico y hacer que la mente busque, sin esfuerzo, el silencio interior para que instantáneamente se produzca un estado de serenidad y de calma, de alegría y de paz.
La politica siempre va ha estar impregnada de corruptos, partiendo de esa premisa se podria decir que en los paises capitalistas lo que prima es el FACTOR DINERO, es decir monetario, OSEA, que no puede haber, ni consevirse la idea de lo social , en el sentido SOCIALISTA,como un postulado valido, ya que lo primordial es la acumulscion de la riqueza, Y EL CAPITAL., por lo cual la pobreza NO CABE.. y si cupiera
La sociedad es el continuo y vivo equilibrio inestable de la confrontación de intereses, ópticas e instituciones respectivas concurrentes a la resolución permanente del conflicto irresoluble.
No es malo el conflicto, por el contrario es necesario para aprender a resolverlo con cada día menor costo social e individual y mayores éxitos colectivos y culturales.
LA PAZ PARA LOS CEMENTERIOS
EL CONFLICTO SOCIAL PARA EL CRECIMIENTO DE LA SOCIABILIDAD HUMANA.
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Oh, pues te recomiendo sacar ideas de aquí:
Primero un archivo en formato pdf que habla sobre el tema, si quieres bajarlo te dejo el link.
http://www.bibliojuridica.org/libros/1/136/6.pdf
Aquí te copio algo, tomado de esta página:
http://www.proyectopv.org/1-verdad/paz.htm
La paz.
La mente humana se ve incesantemente agitada por la fuerza de los deseos. A más deseos, más desasosiego, más insatisfacción y menos paz. A menos deseos, mayor quietud mental.
El hombre vive un momento en el que aún cree que satisfaciendo sus deseos se acerca a la felicidad, cuando la verdad es que cada deseo satisfecho genera emociones nuevas que mantienen la mente en un estado de efervescencia permanente y confieren, en la química social, un grado de inflamabilidad peligroso.
Ahora que truenan graves amenazas sobre la estabilidad de los pueblos, estos recuerdan a santa Bárbara y surge el anhelo colectivo por la paz, a través de la guerra.
Son pocos, sin embargo, los que van más allá del voluntarismo y comprenden que la paz hay que conquistarla primero en uno mismo. La paz social está aún muy lejana y sólo se producirá cuando el corazón de los hombres se sosiegue en el equilibrio de sus pasiones.
La paz es algo más que ausencia de guerra. Es una experiencia individual en la que la conciencia se sitúa en el centro de si misma tras trascender las tempestades de la mente. Es el ojo del huracán.
No es suficiente gritar en las calles ni llevar pegatinas para detener la ley inexorable del karma, o la relación causa-efecto. Todo buen pacifista debe comprender claramente que la causa última que arrastra a los hombres al conflicto, al enfrentamiento y, finalmente, a la guerra es el egoísmo y sus secuelas, la intolerancia, el orgullo y la ambición.
La paz social, hoy, es una utopía. No lo es, sin embargo, la paz individual, como no lo ha sido nunca. A lo largo del proceso de evolución de la humanidad ha habido hombres y mujeres que han logrado situar su conciencia en ese ojo del huracán de las pasiones humanas. En nuestra cultura se les conoce como santos, vocablo derivado, en última instancia, del sánscrito Shanti, que quiere decir paz. Fueron hombres que lograron la paz y a quienes las bárbaras acciones de sus contemporáneos no lograron encender.
En nuestros días, la dinámica de los acontecimientos ha desbordado todo control y nos arrastra vertiginosamente. El ominoso fragor de la cascada retumba cada vez más cercano.
Es, pues, el momento de que los amantes de la paz miren hacia adentro y descubran que esta vive en sus corazones y no en las calles.
No debe ser el terror a los horrores de la guerra la fuerza que mueva el ánimo de los pacifistas, sino la constatación y el deseo de compartir una experiencia interior que ellos ya poseen.
Este camino que lleva al ojo del huracán implica el control de la mente y los sentidos y no se puede improvisar. Requiere tiempo y un método. Por eso, a quien de veras le interesa la paz, le ha de interesar igualmente su Yo interior.
Del mismo modo que el resplandor de la luna es un reflejo de la luz del sol, la paz externa es solamente un reflejo de la paz interna. Para que un árbol crezca es preciso alimentar su raíz. No tiene objeto mojar, una a una, todas sus hojas. Del mismo modo, si queremos extender la paz en el mundo de nada servirá crear un orden artificial externo, sino que se impone establecerla primero en las mismas raíces del individuo. No hay que olvidar que la semilla que hoy sembraremos, será el fruto que mañana recojamos.
Cuando los hombres seamos capaces de poner orden en nuestro interior, habrá automáticamente orden en la sociedad. La paz hay que conquistarla dentro, no fuera. Los verdaderos enemigos de la paz son las pasiones, la cólera, la avaricia, la ambición, los deseos y los celos que empujan constantemente al hombre a acciones violentas, cegándole a toda razón.
Quien disciplina sus sentimientos y los acalla a través de la meditación en el silencio, encuentra automáticamente la paz. Lejos de todo deseo egoísta, la paz reside en lo más profundo del corazón. Para sentirla basta detenerse un momento, cerrar los ojos, relajar el cuerpo, dejar que la respiración se produzca de un modo fácil, suave, rítmico y hacer que la mente busque, sin esfuerzo, el silencio interior para que instantáneamente se produzca un estado de serenidad y de calma, de alegría y de paz.
yo pienso que no habia paz social por que habia mucha discriminacion en mexico
La politica siempre va ha estar impregnada de corruptos, partiendo de esa premisa se podria decir que en los paises capitalistas lo que prima es el FACTOR DINERO, es decir monetario, OSEA, que no puede haber, ni consevirse la idea de lo social , en el sentido SOCIALISTA,como un postulado valido, ya que lo primordial es la acumulscion de la riqueza, Y EL CAPITAL., por lo cual la pobreza NO CABE.. y si cupiera
queda delimitadamente EXCLUIDA....
La paz es para y de los cementerios.
La sociedad es el continuo y vivo equilibrio inestable de la confrontación de intereses, ópticas e instituciones respectivas concurrentes a la resolución permanente del conflicto irresoluble.
No es malo el conflicto, por el contrario es necesario para aprender a resolverlo con cada día menor costo social e individual y mayores éxitos colectivos y culturales.
LA PAZ PARA LOS CEMENTERIOS
EL CONFLICTO SOCIAL PARA EL CRECIMIENTO DE LA SOCIABILIDAD HUMANA.