Se denomina acento diacrítico a la tilde que se emplea para distinguir significados en pares de palabras, habitualmente monosílabas, de las cuales una es regularmente tónica, mientras que la otra átona en el habla, marcando el acento de la tónica.
El acento diacrítico es el que sirve para diferenciar el significado de una palabra, es decir, la palabra a partir del singificado que queremos tenga llevará o no acento.
Ejemplos muy claros de acentos diacríticos los tenemos en los pronombres personales:
Éste, ése, áquél, ésta, ésa, etc. se acentúan cuando sustituyen al nombre.
Préstame un lápiz. Toma éste, que ya tiene punta.
Aún, si lo podemos remplazar por todavía se acentúa.
Qué, quién, quiénes, cómo, cuándo, etc. Se acentúan cuando forman parte de una pregunta o una exclamación:
¿De quién es el coche que está afuera?
¡Qué coche tan más bonito!
Sólo lleva acento cuando se puede sustituir por la palbra sólamente:
Sólo me tomará un minuto.
Más se acentúa cuando se refiere a cantidad.
Entre más amigos, más popular.
Sí, cuando afirmamos.
¿Me llevas de paseo? Sí te llevo.
Tú, él, mí, cuando son pronombres personales se acentúan. Si son adjetivos posesivos no se acentúan.
Se denomina acento diacrÃtico a la tilde que se emplea para distinguir significados en pares de palabras, habitualmente monosÃlabas, de las cuales una es regularmente tónica, mientras que la otra átona en el habla, marcando el acento de la tónica. Las palabras que forman estos pares pueden tener el mismo origen etimológico (por ejemplo más y mas, ambas del latÃn MAGIS), o pueden ser de etimologÃa distinta (por ejemplo mi, apócope de mÃo, del latÃn MEUS y mÃ, del latÃn MIHI o MĪ).
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Se denomina acento diacrítico a la tilde que se emplea para distinguir significados en pares de palabras, habitualmente monosílabas, de las cuales una es regularmente tónica, mientras que la otra átona en el habla, marcando el acento de la tónica.
El acento diacrítico es el que sirve para diferenciar el significado de una palabra, es decir, la palabra a partir del singificado que queremos tenga llevará o no acento.
Ejemplos muy claros de acentos diacríticos los tenemos en los pronombres personales:
Éste, ése, áquél, ésta, ésa, etc. se acentúan cuando sustituyen al nombre.
Préstame un lápiz. Toma éste, que ya tiene punta.
Aún, si lo podemos remplazar por todavía se acentúa.
Qué, quién, quiénes, cómo, cuándo, etc. Se acentúan cuando forman parte de una pregunta o una exclamación:
¿De quién es el coche que está afuera?
¡Qué coche tan más bonito!
Sólo lleva acento cuando se puede sustituir por la palbra sólamente:
Sólo me tomará un minuto.
Más se acentúa cuando se refiere a cantidad.
Entre más amigos, más popular.
Sí, cuando afirmamos.
¿Me llevas de paseo? Sí te llevo.
Tú, él, mí, cuando son pronombres personales se acentúan. Si son adjetivos posesivos no se acentúan.
Tú eres el amor de mi vida.
Tu casa es muy grande.
Se denomina acento diacrÃtico a la tilde que se emplea para distinguir significados en pares de palabras, habitualmente monosÃlabas, de las cuales una es regularmente tónica, mientras que la otra átona en el habla, marcando el acento de la tónica. Las palabras que forman estos pares pueden tener el mismo origen etimológico (por ejemplo más y mas, ambas del latÃn MAGIS), o pueden ser de etimologÃa distinta (por ejemplo mi, apócope de mÃo, del latÃn MEUS y mÃ, del latÃn MIHI o MĪ).
No se usa, sin embargo, el acento diacrÃtico cuando palabras con la misma escritura son tónicas y no tienen una (o más) correspondientes átonas. Por ejemplo ve del verbo ver (tercera persona singular del presente de indicativo) y ve del verbo ir (segunda persona singular del imperativo) no se diferencian con tilde diacrÃtica, puesto que ambas son tónicas en el habla. No obstante, en el caso de sé de saber y sé de ser (imperativo), ambas formas deben llevar tilde, porque hay que distinguirlas de la forma átona se (pronombre personal).
El acento diacrÃtico se utiliza en algunos monosÃlabos para diferenciarlos de otros con la misma grafÃa pero distinto significado. Por ejemplo: él pronombre, va acentuado (él vino a verme); el artÃculo no lleva acento (el perro de mi vecino).