Me baso por lo que dice en Romanos 8:5
5Porque los que viven conforme a la carne, ponen la mente en las cosas de la carne, pero los que viven conforme al Espíritu, en las cosas del Espíritu.
Gracias :) Hermoso dia para todos!
Actualización:Bueno Romanos 8:6 Tambien!
Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida y paz;
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El creyente puede tener dos «disposiciones» (mente, designios): puede inclinarse hacia las cosas de la carne y ser un cristiano carnal, (en enemistad con Dios); o puede inclinarse hacia las cosas del Espíritu, ser un cristiano espiritual y disfrutar gozo y paz.
La mente carnal no puede agradar a Dios; sólo el Espíritu obrando en nosotros y a través de nosotros puede agradar a Dios.
El cristiano no tiene ninguna obligación con la carne: «Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne» (v. 12).
Nuestra obligación es hacia el Espíritu Santo. Fue el Espíritu el que nos convenció y nos mostró nuestra necesidad del Salvador. Fue el Espíritu el que impartió la fe salvadora, implantó la nueva naturaleza en nosotros y nos da testimonio cada día de que somos hijos de Dios.
¡Qué gran deuda tenemos con el Espíritu!
Cristo nos amó tanto que murió por nosotros; el Espíritu nos ama tanto que vive en nosotros. A diario soporta nuestra carnalidad y egoísmo; todos los días nuestro pecado lo contrista; y sin embargo nos ama y permanece en nosotros como el sello de Dios y las «arras» («garantía», 2 Co 1.22) de las bendiciones que nos esperan en la eternidad.
Si alguien no tiene el Espíritu morando en él, no es un hijo de Dios.
Dios nos dio la opción de escoger entre espirituales y carnales, pero; "¿de que le sirve a Dios tener cristianos carnales?"
La palabra dice bien claro: …”sin santidad nadie verá al Señor… ”Hebreos 12:14
Significa que no debemos satisfacer los deseos de la carne. Y cuando habla de deseos, no habla de la comida, o la bebida, o la sexualidad, que son cosas naturales, sino cuando esos deseos que se levantan en nuestros miembros, nos dominan. Todo me es lÃcito, pero no todo conviene. Todo me es lÃcito, pero yo no me dejaré dominar por ninguna.
En Gálatas se menciona cuáles son esos frutos de la carne: adulterio, fornicación, avaricia, homicidios, borracheras, orgÃas, lujuria, y cosas semejantes a estas, que los que PRACTICAN tales cosas no heredarán el reino de Dios. Uno puede cometer errores, pero cuando esa satisfacción de la carne se vuelve una práctica, entonces estás siendo dominado y pasas a ser esclavo de lo que te domina.
Agrademos a Dios...los mandamientos de Ãl no son gravosos, al contrario, son buenos para nuestra vida, para nuestra paz.
Suerte en la búsqueda de tus respuestas.
Andar en la carne significa vivir bajo nuestros propios deseos, lo que queramos sea bueno o malo sin detenernos a ver que es lo correcto.
Es darle al cuerpo lo que pida. Es vivir pensando solo es satisfaccion, bienestar, placeres, preocupaciones por las cosas materiales o el futuro etc...sin depender de Dios y su espiritu.
Bless
La palabra tentación tiene un significado distinto para cada persona. Algunos tienen problemas para controlar su lengua, en tanto que otros batallan con el impulso de usar drogas o de consumir demasiado alcohol. Muchos luchan una guerra secreta con sus apetitos sexuales.
No importa con lo que usted esté luchando, sepa que no está solo, que no es la única persona que tiene dificultades para tomar las decisiones correctas. La tentación ha sido definida como “la atracción a cometer un acto imprudente o inmoral, especialmente por una recompensa ofrecida (o percibida)”. Eso es lo que hace que el proceso de tomar una decisión produzca mucha tensión. La buena opción puede parecer poco atractiva superficialmente, en tanto que la negativa tiene un atractivo especial.
Sentimos tensión cuando estamos decidiendo entre lo que debemos y lo que no debemos hacer. Esta lucha no es imaginaria; el cuestionamiento “debo o no debo” no es un ejercicio intelectual aislado. Se está librando una verdadera guerra dentro de nosotros.
La raÃz de este conflicto se llama pecado. Por naturaleza todos hemos nacido pecadores y estamos separados de Dios; es decir, tenemos un deseo nato de vivir como queremos en lugar de hacerlo como Dios lo prescribe. La única solución para esta separación de Dios está en su Hijo Jesucristo que murió en la cruz para pagar el castigo por el pecado y reconciliarnos a Dios (Romanos 6:23; Juan 3:16).
¿Por qué parece tan bueno?
Cuando aceptamos el hecho de que Cristo ya pagó por el pecado y confiamos en Ãl como salvador, oficialmente hemos muerto al pecado. ¿Qué quiere decir esto? Muerto significa que el pecado ya no tiene poder para forzarnos a hacer o pensar nada (Romanos 6:1-3, 10-14). Por supuesto que el pecado todavÃa existe como influencia, pero su reinado ha sido destruido; tiene acceso a nosotros, pero no autoridad sobre nosotros. Somos libres para optar en contra del pecado; su dominio ha sido destrozado . Como creyentes, somos libres para decir “no”.
En Cristo tenemos una vida nueva y un espÃritu nuevo (2 Corintios 5:17). El EspÃritu Santo que habita en nosotros desde el momento en que depositamos nuestra confianza en Jesús, nos capacita para elegir la obediencia en lugar de la rebeldÃa. Aún asÃ, la atracción hacia el pecado a veces puede ser demasiado fuerte.
El atractivo es real
Es importante entender que nuestros deseos naturales nos fueron dados por Dios y que son legÃtimos. Por ejemplo, no hay nada malo en querer comer. Pero cuando queremos comer más, o menos, de lo que debemos, o queremos estar a la moda aunque de alguna manera perjudique nuestro cuerpo, el deseo es ilegÃtimo. Siempre que sobrepasemos los lÃmites del amor que Dios ha estipulado entramos en terreno pecaminoso.
La primera reacción cuando caemos en tentación es culpar a otra persona o atribuirlo a defectos de nuestra personalidad. “Mi amigo me empujó a hacerlo”, tratamos de explicar; o: “Asà me educaron mis padres; no puedo evitarlo”. Esa táctica de desviar la culpa hacia los demás no es nueva. Cuando Dios buscó a Adán en el Huerto del Edén después de haber pecado, Adán culpó a Eva (Génesis 3:12).
¿Por qué hacemos esto? Es difÃcil admitir que el problema está en nosotros. Es probable que muchas veces hayamos oÃdo la excusa: “El diablo me obligó a hacerlo”, y que nosotros mismos la hayamos usado. En efecto, frecuentemente Satanás juega un papel en la tentación; pero esa frase simplemente no es verdad.
Satanás jamás puede obligarnos a hacer nada. Su poder se limita a la manipulación y al engaño (2 Corintios 11:3); Juan 8:44). Puede impulsarnos a tener muchos deseos de hacer o decir algo, pero literalmente no puede forzarnos a hacerlo. SÃ, Satanás es un enemigo formidable y su intención de hacernos caer en sus trampas y sus lazos nunca cambia. El Señor Jesús nos advirtió: “. . él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira” (Juan 8:44).
La Palabra de Dios en 1 Tesalonicenses 3:5 y Mateo 4:3 se refiere a Satanás como el tentador, el responsable de inducir a muchos a descarriarse. Constantemente busca nuestros puntos débiles y vulnerables y los explota cuando tiene oportunidad de hacerlo (1 Pedro 5:8). No obstante, como nos asegura Job 1:12, sus facultades son limitadas por Dios.
Por otra parte, Dios no nos tienta a pecar; su carácter no le permite hacerlo. De ninguna manera puede el Dios santo y todopoderoso estar asociado con el pecado. Santiago 1:13-14 dice: “Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni Ãl tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraÃdo y seducido”.
No importan ni la presión, ni los incentivos, ni los detalles atractivos, la Escritura dice claramente que nosotros somos los responsables de nuestro pecado y nadie más. Cuando somos tentados, podemos decir sà o no; la decisión es nuestra. Y pese a la influencia fuerte y negativa de la tentación podemos hacer la elección correcta con la ayuda de Dios. Al reconocer la verdadera naturaleza del conflicto, estamos preparados para poner la Palabra de Dios en acción ante cualquier desafÃo.
Dios te bendiga
los que andan en la carne andan en sus deseo pecaminosos viven para agradarse y no para agradar a Dios, son las concuspicencias del hombre y los que viven para la carne no pueden agradar a Dios, lee rom 8:5,6,7 8
Mira te explicare primero sobre la CARNE
El vocablo carne tiene varios significados:
(1) el tejido blando que compone parte del cuerpo del género humano y de las bestias, las aves y los peces.
(2) la condición de mortal.
(3) la naturaleza fÃsica, o sea, la naturaleza carnal del hombre.
El tejido del cuerpo: Los animales son mantenimiento del hombre, Gén. 9:3. No se debe matar animales innecesariamente, TJS, Gén. 9:10–11 (DyC 49:21). Los animales se han ordenado para alimento y vestido del hombre, DyC 49:18–19 (59:16–20). Debemos limitar el consumo de carne, DyC 89:12–15.
La condición de mortal: Adán fue la primera carne sobre la tierra, Moisés 3:7. Jesús es la única persona engendrada por el Padre en la carne, Juan 1:14 (Mos. 15:1–3).
La naturaleza carnal del hombre: Maldito el varón que pone carne por su brazo Jer. 17:5. El espÃritu está dispuesto, pero la carne es débil, Mar. 14:38. Los deseos de la carne no provienen del Padre 1 Juan 2:16. Nefi dijo: mi corazón se entristece a causa de mi carne, 2 Ne. 4:17–18, 34. Reconciliaos con Dios, no con la voluntad del diablo y la carne, 2 Ne. 10:24.
*Bendiciones querida Paola espero te sirva esto *
Aunque dada por Dios, la ley (el código escrito del AT) era impotente para hacer que la gente cumpliera con sus demandas, porque ello dependÃa de la pecaminosa naturaleza humana. En semejanza de carne de pecado: La naturaleza humana de Jesús era real, pero sin pecado (véanse Flp 2.7, 8; Heb 2.17; 4.15; 1 P 2.22).
8.4 Pablo presenta dos estilos de vida que son el centro de toda su argumentación hasta el v. 17. Andar conforme a la carne es seguir los deseos de la vida vieja. Andar conforme al EspÃritu es dejarse guiar por el EspÃritu Santo, para vivir de una forma que sea agradable a Dios.
8.5 Pablo espera que los cristianos vivan normalmente en las cosas del EspÃritu. Esto supone santidad, no sólo en la conducta y las palabras, sino también en los pensamientos que se albergan en nuestra mente cada momento del dÃa.
8.8 Los que viven según la carne caracteriza la naturaleza de las personas, y es una forma más enérgica de describir la actividad de andar en pecado. De ahà que la frase se refiera a los incrédulos, que no pueden agradar a Dios. Esto no se aplica a los creyentes, como demuestra el próximo versÃculo.
8.9 No es de él: En todos los cristianos mora el EspÃritu Santo. El que no tenga el EspÃritu Santo no es cristiano. Aunque Pablo dice que los cristianos viven según el EspÃritu, también advierte que de tiempo en tiempo puede que anden «conforme a la carne» (v. 13).
8.12 Vivir conforme a la carne: Véase la nota a v. 4. Aunque Pablo no lo dice claramente, la implicación es que somos deudores del EspÃritu, de vivir de acuerdo al EspÃritu.
Andar en la carne es vivir conforme a los deleites y placeres del mundo, pero vivir en el espiritu es vivir conforme a la palabra de Dios y tener los frutos del espiritu; que son amor, paz, gozo, paciencia, templanza, misericordia, bondad y fe.
Es vivir según criterios humanos, osea según criterios que se oponen a la voluntad de Dios (en pecado). Muchos lo refieren sólo a la inmoralidad sexual, pero eso es una interpretación parcial.
vivir conforme a la carne significa, ocuparnos de las cosas cotidianas de la vida, del materialismo, de la promiscuidad, de dejar que la ira salga y destruya y muchas cosas más, mientras que Vivar conforme al espÃritu es, ser humilde, tolerante, amoroso, paciente, tener todas las cualidades que tenÃa Jesús para con sus discÃpulos, esa es la disciplina que pide Dios a los seres humanos a parte de enseñar a otros a conocer su Palabra.
También se dice "tener el ojo sencillo" tu observación respecto del mundo es totalmente diferente cuando estas en armonÃa con Dios.