La canción "Con nombre de guerra" habla del AMOR MERCENARIO.
Del amor que se compra ("que por eso te he pagado"), del amor que se vende ("seas solo mercancía para mí"), del amor que remedia las urgencias de los muchachos que no han tenido sexo antes ("si los nervios no traicionan todo irá bien"), y que remedia el desamor de quienes no encuentran quien les ame ("dejemos que los sueños se apoderen del deseo").
Ese amor es vergonzoso y se oculta por quien lo paga ("que nadie oiga tus pasos"), y por quien lo cobra es otra forma de trabajo, siempre que sea una transacción en que los dos están de acuerdo ("lo que hemos acordado"). No es un amor romántico de culebrón ("dejemos los besos para los enamorados"), ni es un amor inmortal ni platónico, porque no te recuerdan como amor ("recordemos que lo nuestro se me olvidará al momento") pero sí que es verdad, que tod@s los que se dedican a este oficio mercenario tienen clientes que repiten ("recordemos que lo nuestro todavía no ha acabado"). Los mercenarios son aquellos que, a cambio de unas monedas ("sea solo unos billetes para tí") pueden dar rienda suelta a la fantasía más oculta e inconfesable de sus amantes ("dejemos que lo cierto sea lo que imaginamos") en esa sucesión de batallas que es una guerra amorosa.
Ser mercenario no es un gusto ni una afición. Es un oficio, una forma de vivir y una bandera. Y todos tienen, para esas guerras y esas banderas, un nombre en el argot, en la profesión, en el oficio. Y van por ahí, años y años, cargando a cuestas con su nombre de guerra.
Heroes del Silencio . - del álbum "Senderos de traición". CON NOMBRE DE GUERRA.
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Hola, humano.
La canción "Con nombre de guerra" habla del AMOR MERCENARIO.
Del amor que se compra ("que por eso te he pagado"), del amor que se vende ("seas solo mercancía para mí"), del amor que remedia las urgencias de los muchachos que no han tenido sexo antes ("si los nervios no traicionan todo irá bien"), y que remedia el desamor de quienes no encuentran quien les ame ("dejemos que los sueños se apoderen del deseo").
Ese amor es vergonzoso y se oculta por quien lo paga ("que nadie oiga tus pasos"), y por quien lo cobra es otra forma de trabajo, siempre que sea una transacción en que los dos están de acuerdo ("lo que hemos acordado"). No es un amor romántico de culebrón ("dejemos los besos para los enamorados"), ni es un amor inmortal ni platónico, porque no te recuerdan como amor ("recordemos que lo nuestro se me olvidará al momento") pero sí que es verdad, que tod@s los que se dedican a este oficio mercenario tienen clientes que repiten ("recordemos que lo nuestro todavía no ha acabado"). Los mercenarios son aquellos que, a cambio de unas monedas ("sea solo unos billetes para tí") pueden dar rienda suelta a la fantasía más oculta e inconfesable de sus amantes ("dejemos que lo cierto sea lo que imaginamos") en esa sucesión de batallas que es una guerra amorosa.
Ser mercenario no es un gusto ni una afición. Es un oficio, una forma de vivir y una bandera. Y todos tienen, para esas guerras y esas banderas, un nombre en el argot, en la profesión, en el oficio. Y van por ahí, años y años, cargando a cuestas con su nombre de guerra.
Heroes del Silencio . - del álbum "Senderos de traición". CON NOMBRE DE GUERRA.
http://www.youtube.com/watch?v=DfRxcOs8mO0
Adios. Yell.
Es un chavo que conoce a una prostituta que se apellida Guerra, por eso dice que "mercancÃa" y que "por eso te he pagado", pero se enamora de ella ya que al final de la canción el dice "esto todavÃa no ha acabado", por lo cual él la buscará cada vez que la necesite