Don Teofilito era un ancianito muy tierno y con dinero, que interpretaba Edurdo II, integrante de los Polivoces, y del cual abusaba el Andobas (el otro polivoz, Enrique Cuenca).
Don Teofilito siempre le daba buenos consejos al Andobas pero éste era una lacra.... de ahí a que siempre se diga... "como dice Don Teofilito... has esto, has lo otro..." y nunca harán caso....
Era un personaje de la televisión,que hacÃan "Los Polivoces", era un viejito que apenas podÃa caminar, y lo cuidaba un abusivo que se llamaba Andobas.
Eduardo Manzano era" Don Teofilito" y Enrique Cuenca "Andobas".
Don teofilito creo yo si mal no recuerdo, era un caracter "sacado" por Los Polivoces, en los 70s. se trata de un viejito con bufanda que cuando hablaba silvaba, y el mesero le "latigueaba" el trapo con que limpiaba las mesas, y decÃa, "ya me voy condenado muchacho irrespetuoso..." y iizaas!! cuando se volteaba lo "chicoteaba" y al viejito se le abrian las "piernitas", "orita veras condenado muchacho..."
Angel Vargas y Mónica Mateos Llegaron a la televisión cuando aún era mozuela. Y, por supuesto, se la llevaron al rÃo, para hacer de ella una gran señora en el terreno de la comicidad. Comenzaban los sesenta. Plenos de juventud e ingenio, Enrique Cuenca y Eduardo Manzano metamorfosearon sus cuerpos y voces para "instituir" una nueva forma de humor: el sketch basado en sus propias caracterizaciones.
Los Polivoces irrumpieron en la pantalla chica comandando una tropa de entrañables personajes que sobrevivieron más allá de los 15 años que duró al aire su show (1960-1975). Por eso, no se puede hablar de ellos en pasado. Son clásicos. La sola evocación de su nombre provoca amplias sonrisas, cuando no sonoras carcajadas, entre quienes han visto su programa, aun las actuales repeticiones.
"Cuando nosotros llegamos a la televisión ella era señorita. Desde abrirle las puertas nos costó un trabajo de la patada. Ahora, los zaguanes están asà Âextiende los brazos a más no poderÂ, bien abiertos".
Kippy Casado fue quien dio la primera oportunidad al dueto de jóvenes imitadores en un segmento de 15 minutos de su programa Tiempos y contrastes: "caracterizábamos a los personajes de moda en aquel entonces: AgustÃn Lara, Pedro Vargas, Celio González, Bienvenido Granda, AgustÃn Barrios Gómez, el Ratón MacÃas y Miguel Aceves MejÃa, entre otros. Cuando se nos agotaron, decidimos inventar los nuestros, cosa que nunca se habÃa hecho en televisión.
¿Esos personajes eran un resumen de la sociedad de aquel entonces?
¡Claro que sÃ! No podÃan ser ficticios, uno no podrÃa imaginar tanto, tenÃan que ser de la vida real. Gordolfo Gelatino era un muchacho que vendÃa ropa en el mercado de Santa Julia, se llamaba Rodolfo, pero empezó a engordar y le decÃamos Gordolfo. Ese personaje le quedó como anillo al dedo a Eduardo, pues estaba gordo. Mauricio le puso el apellido Gelatino por Rodolfo Valentino.
¿Ni aun cuando abordaban asuntos polÃticos, como la crÃtica al sindicalismo, con el Guashangüer, o cuando imitaban a polÃticos internacionales, como Kissinger o Fidel Castro?
ÂNo, porque siempre lo hicimos muy dignamente, sin ofender a nadie. Mauricio Kleiff fue muy cuidadoso con ese tipo de cosas.
¿Improvisaban?
ÂMucho. Les voy a enseñar un libreto para que se den cuenta. Se llegó al colmo de que un dÃa Raúl Vale le compró los guiones de Los Polivoces a Mauricio Kleiff. Raúl dijo: 'ya tengo aquà lo mero mero', y cuando los leyó no tenÃan nada, los chistes a la mera hora se improvisaban. Eran scripts para la idiosincrasia de cada personaje. Ahora ya no improvisan, no todos tienen la facilidad para hacerlo. Hay cómicos que no se pueden dar ese lujo porque le dan en la torre al script.
¿Hay diferencia, entonces, entre los comediantes de antaño y los de hoy?
"En nuestros programas se puede apreciar cómo nos sacábamos de onda el uno al otro. Eduardo ya sabÃa que si yo me estaba saliendo del guión era por algo, y estaba atento para poder contestarme".
ÂDel pueblo. Siempre convivà con la gente, las personas me nutrÃan. En la calle contaban situaciones y nos proveÃan de chistes sin querer. Siempre andaba de vago, en los bares, en las fiestas. Esa era la bronca de Eduardo, quien siempre se la pasaba en su casa.
¿Existen personajes, chistes o situaciones que aseguren la risa de antemano?
ÂEso es lo que pretendemos. Hay chistes claves con los que uno sabe que la gente a fuerza se va a reÃr. Para nosotros, los comediantes, lo más importa nte es la primera risa. Cuando se saca la primera carcajada, la gente ya está con uno. Da miedo que se digan chistes y que nadie se rÃa.
¿Eso significa que ya no existe ninguna posibilidad de que se reintegren?
ÂNo. Además ya no serÃa rencuentro, sino rencarnación. ImagÃnense ahora a Eduardo, con el problema que tiene de su pie, con su bastón y todo el rollo, ya no harÃamos todas la imitaciones que hacÃamos, sino nada más a don Teofilito. Y yo pegándole por detrás, desquitándome con una jerga mojada: '¡Andele, don Teofilito, por güey!'
¡Claro que sÃ! Pero como están las cosas... no le dan oportunidad a la gente que sabe. Andan buscándole tres pies al gato, teniendo a los buenos. Dizque quieren comicidad joven, y la comicidad no tiene edad.
Es una frase popular: " Como dijo mi abuelita " , " Como dijo Don Teofilito ", para referirse a las enseñanzas que nos han dejado nuestros antepasados, ancianos o demás.
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Don Teofilito era un ancianito muy tierno y con dinero, que interpretaba Edurdo II, integrante de los Polivoces, y del cual abusaba el Andobas (el otro polivoz, Enrique Cuenca).
Don Teofilito siempre le daba buenos consejos al Andobas pero éste era una lacra.... de ahí a que siempre se diga... "como dice Don Teofilito... has esto, has lo otro..." y nunca harán caso....
Era un personaje de la televisión,que hacÃan "Los Polivoces", era un viejito que apenas podÃa caminar, y lo cuidaba un abusivo que se llamaba Andobas.
Eduardo Manzano era" Don Teofilito" y Enrique Cuenca "Andobas".
Don teofilito creo yo si mal no recuerdo, era un caracter "sacado" por Los Polivoces, en los 70s. se trata de un viejito con bufanda que cuando hablaba silvaba, y el mesero le "latigueaba" el trapo con que limpiaba las mesas, y decÃa, "ya me voy condenado muchacho irrespetuoso..." y iizaas!! cuando se volteaba lo "chicoteaba" y al viejito se le abrian las "piernitas", "orita veras condenado muchacho..."
Angel Vargas y Mónica Mateos Llegaron a la televisión cuando aún era mozuela. Y, por supuesto, se la llevaron al rÃo, para hacer de ella una gran señora en el terreno de la comicidad. Comenzaban los sesenta. Plenos de juventud e ingenio, Enrique Cuenca y Eduardo Manzano metamorfosearon sus cuerpos y voces para "instituir" una nueva forma de humor: el sketch basado en sus propias caracterizaciones.
Los Polivoces irrumpieron en la pantalla chica comandando una tropa de entrañables personajes que sobrevivieron más allá de los 15 años que duró al aire su show (1960-1975). Por eso, no se puede hablar de ellos en pasado. Son clásicos. La sola evocación de su nombre provoca amplias sonrisas, cuando no sonoras carcajadas, entre quienes han visto su programa, aun las actuales repeticiones.
Después de Los Polivoces, "ya todos los comediantes son como nuestros hijos", asegura Enrique Cuenca, quien durante la entrevista forcejea con las voces de Juan Gárrison, el mesié Pier Cardán (o sea Pedro Cárdenas), doña Naborita Gelatino y el Mostachón, entre otras de sus célebres creaciones, que quieren meter su cuchara en la conversación.
"Cuando nosotros llegamos a la televisión ella era señorita. Desde abrirle las puertas nos costó un trabajo de la patada. Ahora, los zaguanes están asà Âextiende los brazos a más no poderÂ, bien abiertos".
Kippy Casado fue quien dio la primera oportunidad al dueto de jóvenes imitadores en un segmento de 15 minutos de su programa Tiempos y contrastes: "caracterizábamos a los personajes de moda en aquel entonces: AgustÃn Lara, Pedro Vargas, Celio González, Bienvenido Granda, AgustÃn Barrios Gómez, el Ratón MacÃas y Miguel Aceves MejÃa, entre otros. Cuando se nos agotaron, decidimos inventar los nuestros, cosa que nunca se habÃa hecho en televisión.
"Uno de los primeros fue inspirado en el entonces dueño del teatro Blanquita, el señor Vallejo, a quien le puse el señor Bayito. De ahà empezaron a surgir los otros personajes. En el programa, el público se dio cuenta de que éramos los mismos de la semana anterior, pero caracterizados de otra manera. La lista comenzó a crecer: los hermanos Lelos, el maistro y su pequeño saltamontes, Agallón Mafafas y Juan Gárrison, don Teofilito y Andobas...
"Entre Mauricio Kleiff, que fue el guionista, y yo, los inventamos, éramos los creativos. Eduardo se dedicaba a hacer los contratos, a cobrar el dinero, en fin, a toda la parte administrativa. A mà se me daba la creatividad, porque nacà en un barrio muy fuerte y muy populachero, Santa Julia, de ahà me fusilé muchos personajes''.
¿Esos personajes eran un resumen de la sociedad de aquel entonces?
¡Claro que sÃ! No podÃan ser ficticios, uno no podrÃa imaginar tanto, tenÃan que ser de la vida real. Gordolfo Gelatino era un muchacho que vendÃa ropa en el mercado de Santa Julia, se llamaba Rodolfo, pero empezó a engordar y le decÃamos Gordolfo. Ese personaje le quedó como anillo al dedo a Eduardo, pues estaba gordo. Mauricio le puso el apellido Gelatino por Rodolfo Valentino.
"Doña Naborita Gelatino sà existió, era una viejita de Santa Julia que tenÃa dos hijos, el PinÃn y Lalo, ambos eran más flojos que nada, no trabajaban, de ahà nos inspiramos: (con voz de Gordolfo) 'Madre, no soporto verte planchar'; (con voz de Naborita) '¿no, hijazo?... ¡ayyy, qué lindo!'; (Gordolfo) 'mejor vete a la otra recámara'.
"Don Teofilito era la voz de mi abuelo; Andobas la de Borolas; Mostachón la de Resortes, pero sin ser tan exagerado; para el Guashangüer, Eduardo agarró la de ManolÃn, el que hacÃa pareja con Shilinski, y para Agallón Mafafas hizo la de Pedro Armendáriz. La gente nunca se dio cuenta. No lo percibió, porque la fisonomÃa era otra. "Si se dan cuenta, el éxito estuvo en cambiarle la voz a todos los personajes. Para la televisión mexicana fue como si llegaran nuevos cómicos a la pantalla cada semana. Lo que ésta querÃa eran novedades, pues se come todo y no puede estar repitiendo. Después de nosotros, salieron cómicos que nos imitaron, hasta parecÃan nuestros hijos, y en la actualidad aún se pueden ver. ¿Cuando llegaron a la tv, tuvieron alguna restricción en cuanto a los chistes que decÃan?
ÂNo mucho. Las reglas quedan sintetizadas en tener el talento para no caer en vulgaridades ni en groserÃas o la autocensura. También existÃa una oficina en la que revisaban el script. Con nosotros no habÃan ningún problema, nos dejaban pasar todo.
¿Ni aun cuando abordaban asuntos polÃticos, como la crÃtica al sindicalismo, con el Guashangüer, o cuando imitaban a polÃticos internacionales, como Kissinger o Fidel Castro?
ÂNo, porque siempre lo hicimos muy dignamente, sin ofender a nadie. Mauricio Kleiff fue muy cuidadoso con ese tipo de cosas.
¿Improvisaban?
ÂMucho. Les voy a enseñar un libreto para que se den cuenta. Se llegó al colmo de que un dÃa Raúl Vale le compró los guiones de Los Polivoces a Mauricio Kleiff. Raúl dijo: 'ya tengo aquà lo mero mero', y cuando los leyó no tenÃan nada, los chistes a la mera hora se improvisaban. Eran scripts para la idiosincrasia de cada personaje. Ahora ya no improvisan, no todos tienen la facilidad para hacerlo. Hay cómicos que no se pueden dar ese lujo porque le dan en la torre al script.
¿Hay diferencia, entonces, entre los comediantes de antaño y los de hoy?
¡Por supuesto! Pero no es que estemos tasados por años, sino por calidad. Hay unos que son bailarines, otros cantan, están los vulgares y los albureros, también los dicharacheros. Nosotros éramos improvisadores, lo mismo el Loco Valdés, quien no tenÃa script, a diferencia de nosotros.
"En nuestros programas se puede apreciar cómo nos sacábamos de onda el uno al otro. Eduardo ya sabÃa que si yo me estaba saliendo del guión era por algo, y estaba atento para poder contestarme".
ÂAsà como los personajes tuvieron su génesis, ¿de dónde sacaban cada chiste?
ÂDel pueblo. Siempre convivà con la gente, las personas me nutrÃan. En la calle contaban situaciones y nos proveÃan de chistes sin querer. Siempre andaba de vago, en los bares, en las fiestas. Esa era la bronca de Eduardo, quien siempre se la pasaba en su casa.
¿Existen personajes, chistes o situaciones que aseguren la risa de antemano?
ÂEso es lo que pretendemos. Hay chistes claves con los que uno sabe que la gente a fuerza se va a reÃr. Para nosotros, los comediantes, lo más importa nte es la primera risa. Cuando se saca la primera carcajada, la gente ya está con uno. Da miedo que se digan chistes y que nadie se rÃa.
¿Eran bien pagados?
ÂSi, ganábamos muy bien. Fuimos los primeros en cambiarnos de canal, del dos al ocho; nos dieron mucha lana por eso. Después Emilio Azcárraga Milmo también nos pagó bien por repetir nuestros programas.
¿Por qué se acabo el ciclo de Los Polivoces?
ÂNo se desgastó la fórmula, de hecho ahà sigue. Sucedió que Eduardo quiso seguir el camino solo. No le funcionó, nada más malogró el dueto. Eduardo estuvo muy orgulloso porque decÃa 'yo acabé con Los Polivoces'. Eso no es un orgullo. A mucha gente le dolió nuestra separación, en especial a mÃ, porque ya no pensaba en función de uno, sino de dos. ¿Para qué acabo Eduardo con esto, si no le redituó nada? TodavÃa dijera uno, lo hizo para conseguir lo que actualmente tiene, pero él está desde hace años en su casa, no sale, no trabaja, y yo ando en todos lados. Fue una mala obra. No estoy conforme, porque todavÃa tenÃamos mucho que dar. ¡Qué lastima!
¿Eso significa que ya no existe ninguna posibilidad de que se reintegren?
ÂNo. Además ya no serÃa rencuentro, sino rencarnación. ImagÃnense ahora a Eduardo, con el problema que tiene de su pie, con su bastón y todo el rollo, ya no harÃamos todas la imitaciones que hacÃamos, sino nada más a don Teofilito. Y yo pegándole por detrás, desquitándome con una jerga mojada: '¡Andele, don Teofilito, por güey!'
¿La televisión es un medio que acorta la vida escénica?
ÂEso es mentira. Las fórmulas no se desgastan. Si asà fuera, ¿por qué pasan de nuevo El show de Los Polivoces y sigue siendo un fregadazo?, ¿por qué siguen pasando a El Chavo y uno se sigue atacado de la risa? Y aún más lejos: ¿por qué siguen pasando con éxito las pelÃculas de Cantinflas, de Tin Tan? Al cómico se le acaba la gracia hasta que lo entierran, puede estar viejo, jorobado y arrugado y aún hace reÃr, pues se nace con la gracia.
¿VolverÃa a la televisión?
¡Claro que sÃ! Pero como están las cosas... no le dan oportunidad a la gente que sabe. Andan buscándole tres pies al gato, teniendo a los buenos. Dizque quieren comicidad joven, y la comicidad no tiene edad.
¿Qué criticarÃa de los programas cómicos actuales?
ÂQue es la misma gata pero revolcada. No hay nada nuevo bajo el sol. Siempre ha habido cómicos vulgares, groseros, finos, de golpes. Lo que pasa es que ahora hay más apertura para hablar en doble sentido y decir de todo. Por eso digo que antes la televisión era más señorita. Si Los Polivoces continuaran, quizá ya hubiéramos ensanchado más los zaguanes de Televisa.
¿Los actuales programas de humor están hechos con inteligencia?
¿Qué es un humor inteligente? No, yo considero que los programas son sanos. Claro que hay hasta cuentos colorados, como en los que se habla de una vieja rebuenota y la gente se excita luego, luego. '¡Pinches calientes! Qué buen cómico es Ârecrimina el públicoÂ, aunque diga tantas majaderÃas'. Hay personas a las que les gustan las cosas corrientes.
ÂEntonces, ¿es deber de la televisión dar un poquito de todo al público?
ÂSÃ, ya se abrió de piernas. ¡Orale!, lo que la gente quiera.
ÂQue se haya repetido El show de Los Polivoces, ¿habla de un vacÃo de comediantes en la televisión?
 No creo que se deba a un vacÃo, sino a que el programa ya es un clásico. En uno más actual aparecen los mismos chistes que en Los Polivoces. Todo es un ciclo. Las rutinas son las mismas, pero cada quien hace pequeñas variaciones. La diferencia de un chiste está en el perchero, en quien lo diga. El público en México no tiene memoria, se olvida de los artistas y de sus creaciones. Por ejemplo, ahà están las telenovelas, un artista está de moda un ratito, luego aparece otro y se olvidan del primero. Es muy triste.
¿Eso significa que siempre estará el mismo tipo de humor en la televisión mexicana?
ÂSÃ, y será un humor reciclado, a menos de que aparezca una nueva fórmula.
¿Cuál es su personaje más entrañable?
ÂEl mesié, que decÃa: ''bola de coguientes". Era sensacional, su mamá vendÃa quesadillas y tacos de tripas fuera de una pulquerÃa, y su papá era jicarero.
¿Qué tan importante es el humor para la sociedad mexicana?
ÂEs lo más grande que se puede tener. Nos reÃmos de la muerte y estamos haciendo albures de todo. Si se muere un personaje enseguida se busca el chiste, como cuando mataron a Kennedy y todos bromeábamos: '¿Qué dijo Jacqueline instantes después de que le dispararon a su esposo? ¡Oh, John, Oh, John!'. Y uno respondÃa: 'Hoyón, no vuelvas a Dallas'.
me ganaron ya te contestaron pero bueno era ese que todos te dijeron bye
Aqui encuentras un sketch del famoso don teofilito y su inseprable andobas
http://www.youtube.com/watch?v=3NvfYvLymZ4
Don teo, es el papa de juancho un amigo mio, es buena gene el hombre, conversador, y amable.
era un personaje de los polivoces, era un viejito mal hablado.
Es una frase popular: " Como dijo mi abuelita " , " Como dijo Don Teofilito ", para referirse a las enseñanzas que nos han dejado nuestros antepasados, ancianos o demás.