. Era una vez un reino llamado Mar Azul, estaba en una gran isla rodeada de un mar casi inexplicable, su belleza era inigualable, los delfines danzaban por la mañana y por la tarde los bancos de peces saltaban formando pequeños arco iris.
En sus bosques las hadas iluminaban sus senderos llenando de magia todo lo que a su paso estuviera. Mar Azul estaba gobernado por un rey cuya bondad, sabiduría, dedicación y amor era infinito.
La gente de su reino vivía muy feliz, excepto una sola persona, el hijo del rey, aunque el rey y su pueblo le daban todo para que sea feliz, el príncipe no lo era. Se decía que se lo veía caminar todas las mañanas por las playas y se sentaba en la costa a admirar aquellos delfines y su hermoso mar, nunca se desprendía una sonrisa en su rostro, en sus ojos se veía su tristeza, en sus gestos se notaba su dolor.
Una mañana en medio del mar el príncipe vio una embarcación que se acercaba, lentamente se divisaba como crecía en el horizonte. Pronto corrió a avisar a su padre de lo que pasaba.
EL pueblo, el rey y el príncipe se dirigieron hacia la costa para recibir a esta embarcación. Pronto ancló en su costa y un bote que a la lejanía era abordado, se dirigió velozmente hacia la costa. Todos estaban ansiosos de curiosidad, en es momento los ojos del príncipe cambiaron brutalmente, tomaron un brillo hermoso.
Había visto a una dama en medio de los demás tripulantes en ese bote, era una mujer verdaderamente hermosa, sus ojos eran como dos esmeraldas, sus cabellos suaves al viento le hicieron sentir al príncipe una sensación casi inexplicable, una sensación que jamás había sentido.
Pronto recibieron a los extranjeros, estaban de paso en busca de provisiones, ya que tenían un muy largo viaje a un continente, cual su nombre jamás recordaría. Los extranjeros se hospedaron en el castillo, la alegría del príncipe pronto se reconoció entre los sirvientes y el rey pronto organizó una fiesta muy especial y se lo comunicó a su hijo. Quizás esa fiesta sería la más grande que se organizara en su reino. Esa noche todos los habitantes de Mar Azul se acercaron, estaban todos invitados, las hadas salieron de sus bosques para ver la gran ocasión, las estrellas brillaban como nunca, la luna daba su hermoso esplendor sobre las colinas de aquel castillo, en sus jardines las luciérnagas no dejaban de resplandecer.
Llegó el momento del gran banquete, ahí estaba el príncipe con su traje real cuyos bordados estaban hechos de oro y plata. La dama vestía con un hermoso vestido bordado con perlas. Dicen que el príncipe y la dama no quisieron comer nada, solo estaban observándose y llegó la hora del baile real.
El príncipe se acercó suavemente y galantemente invito a la dama a bailar, ella aceptó ya que estaba más impaciente que aquel príncipe. Bailaron toda la noche, en momentos parecían que ellos estaban solos y sus corazones latían juntos, solo la dama y el príncipe unidos en aquel baile. Salieron al patio real y en medio de aquella noche inolvidable sus miradas se cruzaron y existió solo ese momento, los corazones se pararon, en su mirada sus almas se unieron, y de los labios de aquella dama salieron las palabras más dulces que nunca el príncipe había escuchado, las hadas que presenciaron el momento supieron que aquellas palabras eran un poema, el príncipe sintió un calor gigante como una llama en su corazón y la abrazó fuertemente y la besó, sus almas brillaban más que nunca.
Había nacido el amor. Al amanecer seguían juntos no podían separarse, el príncipe le mostraba la belleza de su reino, pero a pesar de todo, él sabía que ella debía partir junto con aquellos extranjeros. Surgió el momento de la partida, él no quería dejar a su amada, aunque le dejo libre su camino, pocas fueron sus palabras, solo dijo que la amaba y cuando el príncipe cerró sus ojos, se escuchó una voz dulce que le decía:
Me quedaré por siempre, quisiera vivir a tu lado toda mi vida!!!. El príncipe sintió el amor, el rey sabía que la vida de su hijo había cambiado y su pueblo era muy feliz, que todo cambiaría en Mar Azul, ahora todos eran felices.
Ellos vivían todos los momentos juntos, le daba todo lo que tenía y ella no lo dejaba de sorprender con sus poemas, paseaban por los bosques todos lo días, las hadas los observaban y sentían su amor, tanto que la magia de aquel bosque era grandiosa.
Pero un día el rey enfermó y el príncipe tubo que ocuparse de las tareas reales, aunque el sabía hacerlas bien, no tenía el tiempo que tenía antes para estar con su amada. Su amada caminaba sola por los bosques y playas, esperando ver a su príncipe que la pasaba metido en el castillo. A pesar de las bellezas de ese reino la felicidad se estaba apagando en el corazón en ella , pero el la amaba y sufría el tiempo que no estaba con su amada.
Esa noche el príncipe organizó un banquete en honor a aquel rey, y notó en la mirada de su amada que no le prestaba atención, la mirada de ella pertenecía ahora a aquel
Había una vez un usuario de Yahoo Respuestas que necesitaba un cuento que no importara que no fuera bueno, de cualquier tema; pero tenía que ser inventado. Esperó, esperó y esperó que le escribieran uno, pero el cuento nunca llegó. Tuvo que inventarlo él.
Los vecinos sabían de la sabiduría que tenía aquel hombre de cabellos cortos, bigotitos bien limitados sobre le labio y lentes redondos. Era flaco. Siempre usaba ropas holgadas. Los sacos colgaban de sus hombros y la túnica blanca, inmensa, le llegaba hasta los tobillos. Parecía un espantapájaros, un loco, pero sabía mucho y eso lo reconocía todo el mundo.
Para las quemaduras había inventado una fórmula extraña: no más de un gramo de sulfadiazina de plata, apenas un poquito de digluconato de clohexidina y excipientes. Daba resultados, sin dudas, curaba las quemaduras, pero tenía un olor tan fuerte que la gente cruzaba la calle o se hacía la distraída para no encontrarse con quien la usara.
Mucha gente nerviosa, tensa, de esa que anda con ojeras marrones y cara triste, lo visitaba para pedirle el "frasquito natural" como él mismo lo llamaba. Era una mezcla de boldo con piscidia, un poquito de crataegus, bastante passiflora y mucha paulina, todos yuyos descubiertos en la antigüedad, cuando los alquimistas buscaban convertir el plomo en oro y lo que convertían eran flores y plantas en medicinas o inventaban la pólvora. Este licor espeso y rosado era de maravillas, pero tranquilizaba tanto a la gente nerviosa que las dormía ahí nomás, donde estuvieran. Más de uno había protestado pidiéndole que la hiciera más suave porque siempre la tomaba por la mañana y se queda dormido de pie, frente al water. Alguno tuvo peor suerte todavía y la tomó antes de pasar una velada amorosa con su novia, por primera vez y se quedó profundamente dormido sobre ella, con sus ciento veinte quilos brutos. La novia también le quitó el saludo al viejo farmacéutico.
Para el resfrío tenía una fórmula muy original, absolutamente efectiva, particularmente cuidada, ya que era la de mayor demanda en los meses de invierno. Se trataba de una suerte de cementerio de microorganismos, de neumococos, estreptococos, estafilococos y otros, junto a polen vegetal concentrado, polvo doméstico, pelos de perro, gato y caballo, y plumas. Se debía mantener en lugar fresco y lejos de la luz y no solo era efectivo contra el resfrío sino muy eficaz para las alergias, los catarros, el asma y las mañas para comer. Eso sí, daba unas diarreas que nadie aguantaba y el papel higiénico tenía mucha salida, tanto que el almacenero se lo mandaba de regalo.
Temístocles, -así se llamaba el hombre en honor a su tocayo griego que se convirtiera en líder demócrata después de la primera guerra médica, que de medicina no tenía nada. había sido educado por su padre, también farmacéutico, quien a su vez había sido entrenado por el abuelo, que había heredado todos los conocimientos de una vieja sin nombre, que se los había dado para que alguien siguiera buscando la fórmula de la vida eterna. Cuentan que esa vieja, casi bruja o hechicera, trasmitió los conocimientos en una sola noche, sentada sobre la letrina, luego de curarse un resfrío. Murió deshidratada por la imparable cagalera.
Ahora, casi cien años después, Temístocles seguía trabajando. Mientras sus investigaciones públicas resultaban en esos menjunjes curativos, por las noches pasaba horas en la pieza del fondo estudiando el elixir de la vida o licor de la eternidad. Temístocles había intentado con mezclas de todo aquello que tuviera algo que ver con la vida o que fuera origen de la vida o que alimentara la vida humana. En ese sentido tenía decenas y decenas de frascos con huevos de gallina entreverados con escamas de pescado de río, algas descompuestas, sal atlántica y polvo de roca que era solamente arena. El color era muy interesante: iba del amarillo intenso al lila, con vetas verdosas en todos los casos, pero lo inaguantable era el olor a podrido de todos esos envases cerrados con corchos renegridos.
En la estantería más alejada había toda clase de combinación con huesos de animales, ojos de gato, plumas de gorriones y frutas secas también adentro de botellas en cuyo interior todo fermentaba, se pudría y finalmente terminaba en un color homogéneo, mortuorio e inútil, porque tomar aquello, muy lejos de dar vida eterna, resultaría en una mortal intoxicación. Y en esas pruebas había trabajado toda su vida al igual que su padre, su abuelo, su bisabuelo y más atrás, hasta la vieja bruja, inventora de aquellas alquimias. Nadie dejaba de reconocer que Temístocles era, sin embargo, un gran sabio. Gente venida de todos lados lo visitaban para consultarlo y lo que él sugería daba algún resultado.
-Es que la gente cree en lo que yo le doy y eso ya es casi la completa curación -decía y tenía razón. Todos creían en sus preparados menos él, cuya única intención era llegar al licor de la eternidad o elixir de la vida o brebaje para evitar la muerte o menjunje de la juventud sin fin o, simplemente, "el preparado" como Temístocles solía llamar a lo que sería su invento más importante.
Una noche de invierno él estaba en su pieza del fondo haciendo experimentos
Empieza en la mañana de un caluroso día de verano.Y sentada en su cama,Verónica leía su libro favorito.Verónica era una niña huérfana que vivía con su abuela ya que sus padres habían muerto en un accidente de tráfico.
Aquel día,después de leer el libro,se quedo muy aburrida y no sabia que hacer hasta la hora de comer.Se fue a su cuarto y se quedo dormida.De repente oyó extraños ruidos que venían de la habitación de la abuela.Se levantó corriendo y fue a ver que pasaba y encontró a su abuela tapada hasta arriba con la sábana.Verónica la destapó esperando no encontrarse nada malo y vio....algo espeluznante....hayyyyyyyyyy......
jajajaja komo? es muy facil solo tienes ke krear un dios ke a todos les guste! pero ke nadie komprenda.... komo un pollo kon sadly de murcielago piernas de kanguro y kola de serpiente y luego los amenazas de ke se van a ir ala Chin*ada si no siguen tu faith y LISTO!! aora solo ay ke esperar para ke los "clientes" lleguen a tu negocio es lo mismo ke poner un changarro
Si pero estás inteligente para tocar los fundamentos de la fotografía profesional , y formarse la base del tridente que conforma la exposición: La apertura , La velocidad y el ISO entonces deja que este libro , Manual de Técnica Fotográfica de aquí https://tr.im/1IHN2 te lleve en el camino correcto .
Con este libro aprenderás a utilizar estos tres grandes conceptos de la fotografía , la apertura , la velocidad y el ISO para poder utilizar prácticamente el modo manual de tu cámara porque para un fotógrafo profesional usar el modo automático es casi como un pecado . Si aprendes a utilizar estas tres cosas aprenderás como poner la cantidad exacta de luz , y la claridad junto a la profundidad de campo que deseas y así capturar objetos en movimiento entre otras cosas .
Hola disculpa que te moleste me podrias ayudar con un cuento bonito y corto es para mi hijo de la escuela tiene que llevar un cuento inventado con el titulo que el quisiera ponerle al cuento. el titulo del cuento de mijo se llama el hombre y el libro mágico.
Bueno espero que me puedas ayudar, gracias por su ayuda.
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SE LLAMA EL HADA Y EL ANGEL.
. Era una vez un reino llamado Mar Azul, estaba en una gran isla rodeada de un mar casi inexplicable, su belleza era inigualable, los delfines danzaban por la mañana y por la tarde los bancos de peces saltaban formando pequeños arco iris.
En sus bosques las hadas iluminaban sus senderos llenando de magia todo lo que a su paso estuviera. Mar Azul estaba gobernado por un rey cuya bondad, sabiduría, dedicación y amor era infinito.
La gente de su reino vivía muy feliz, excepto una sola persona, el hijo del rey, aunque el rey y su pueblo le daban todo para que sea feliz, el príncipe no lo era. Se decía que se lo veía caminar todas las mañanas por las playas y se sentaba en la costa a admirar aquellos delfines y su hermoso mar, nunca se desprendía una sonrisa en su rostro, en sus ojos se veía su tristeza, en sus gestos se notaba su dolor.
Una mañana en medio del mar el príncipe vio una embarcación que se acercaba, lentamente se divisaba como crecía en el horizonte. Pronto corrió a avisar a su padre de lo que pasaba.
EL pueblo, el rey y el príncipe se dirigieron hacia la costa para recibir a esta embarcación. Pronto ancló en su costa y un bote que a la lejanía era abordado, se dirigió velozmente hacia la costa. Todos estaban ansiosos de curiosidad, en es momento los ojos del príncipe cambiaron brutalmente, tomaron un brillo hermoso.
Había visto a una dama en medio de los demás tripulantes en ese bote, era una mujer verdaderamente hermosa, sus ojos eran como dos esmeraldas, sus cabellos suaves al viento le hicieron sentir al príncipe una sensación casi inexplicable, una sensación que jamás había sentido.
Pronto recibieron a los extranjeros, estaban de paso en busca de provisiones, ya que tenían un muy largo viaje a un continente, cual su nombre jamás recordaría. Los extranjeros se hospedaron en el castillo, la alegría del príncipe pronto se reconoció entre los sirvientes y el rey pronto organizó una fiesta muy especial y se lo comunicó a su hijo. Quizás esa fiesta sería la más grande que se organizara en su reino. Esa noche todos los habitantes de Mar Azul se acercaron, estaban todos invitados, las hadas salieron de sus bosques para ver la gran ocasión, las estrellas brillaban como nunca, la luna daba su hermoso esplendor sobre las colinas de aquel castillo, en sus jardines las luciérnagas no dejaban de resplandecer.
Llegó el momento del gran banquete, ahí estaba el príncipe con su traje real cuyos bordados estaban hechos de oro y plata. La dama vestía con un hermoso vestido bordado con perlas. Dicen que el príncipe y la dama no quisieron comer nada, solo estaban observándose y llegó la hora del baile real.
El príncipe se acercó suavemente y galantemente invito a la dama a bailar, ella aceptó ya que estaba más impaciente que aquel príncipe. Bailaron toda la noche, en momentos parecían que ellos estaban solos y sus corazones latían juntos, solo la dama y el príncipe unidos en aquel baile. Salieron al patio real y en medio de aquella noche inolvidable sus miradas se cruzaron y existió solo ese momento, los corazones se pararon, en su mirada sus almas se unieron, y de los labios de aquella dama salieron las palabras más dulces que nunca el príncipe había escuchado, las hadas que presenciaron el momento supieron que aquellas palabras eran un poema, el príncipe sintió un calor gigante como una llama en su corazón y la abrazó fuertemente y la besó, sus almas brillaban más que nunca.
Había nacido el amor. Al amanecer seguían juntos no podían separarse, el príncipe le mostraba la belleza de su reino, pero a pesar de todo, él sabía que ella debía partir junto con aquellos extranjeros. Surgió el momento de la partida, él no quería dejar a su amada, aunque le dejo libre su camino, pocas fueron sus palabras, solo dijo que la amaba y cuando el príncipe cerró sus ojos, se escuchó una voz dulce que le decía:
Me quedaré por siempre, quisiera vivir a tu lado toda mi vida!!!. El príncipe sintió el amor, el rey sabía que la vida de su hijo había cambiado y su pueblo era muy feliz, que todo cambiaría en Mar Azul, ahora todos eran felices.
Ellos vivían todos los momentos juntos, le daba todo lo que tenía y ella no lo dejaba de sorprender con sus poemas, paseaban por los bosques todos lo días, las hadas los observaban y sentían su amor, tanto que la magia de aquel bosque era grandiosa.
Pero un día el rey enfermó y el príncipe tubo que ocuparse de las tareas reales, aunque el sabía hacerlas bien, no tenía el tiempo que tenía antes para estar con su amada. Su amada caminaba sola por los bosques y playas, esperando ver a su príncipe que la pasaba metido en el castillo. A pesar de las bellezas de ese reino la felicidad se estaba apagando en el corazón en ella , pero el la amaba y sufría el tiempo que no estaba con su amada.
Esa noche el príncipe organizó un banquete en honor a aquel rey, y notó en la mirada de su amada que no le prestaba atención, la mirada de ella pertenecía ahora a aquel
Había una vez un usuario de Yahoo Respuestas que necesitaba un cuento que no importara que no fuera bueno, de cualquier tema; pero tenía que ser inventado. Esperó, esperó y esperó que le escribieran uno, pero el cuento nunca llegó. Tuvo que inventarlo él.
El fin.
El Alquimista
Los vecinos sabían de la sabiduría que tenía aquel hombre de cabellos cortos, bigotitos bien limitados sobre le labio y lentes redondos. Era flaco. Siempre usaba ropas holgadas. Los sacos colgaban de sus hombros y la túnica blanca, inmensa, le llegaba hasta los tobillos. Parecía un espantapájaros, un loco, pero sabía mucho y eso lo reconocía todo el mundo.
Para las quemaduras había inventado una fórmula extraña: no más de un gramo de sulfadiazina de plata, apenas un poquito de digluconato de clohexidina y excipientes. Daba resultados, sin dudas, curaba las quemaduras, pero tenía un olor tan fuerte que la gente cruzaba la calle o se hacía la distraída para no encontrarse con quien la usara.
Mucha gente nerviosa, tensa, de esa que anda con ojeras marrones y cara triste, lo visitaba para pedirle el "frasquito natural" como él mismo lo llamaba. Era una mezcla de boldo con piscidia, un poquito de crataegus, bastante passiflora y mucha paulina, todos yuyos descubiertos en la antigüedad, cuando los alquimistas buscaban convertir el plomo en oro y lo que convertían eran flores y plantas en medicinas o inventaban la pólvora. Este licor espeso y rosado era de maravillas, pero tranquilizaba tanto a la gente nerviosa que las dormía ahí nomás, donde estuvieran. Más de uno había protestado pidiéndole que la hiciera más suave porque siempre la tomaba por la mañana y se queda dormido de pie, frente al water. Alguno tuvo peor suerte todavía y la tomó antes de pasar una velada amorosa con su novia, por primera vez y se quedó profundamente dormido sobre ella, con sus ciento veinte quilos brutos. La novia también le quitó el saludo al viejo farmacéutico.
Para el resfrío tenía una fórmula muy original, absolutamente efectiva, particularmente cuidada, ya que era la de mayor demanda en los meses de invierno. Se trataba de una suerte de cementerio de microorganismos, de neumococos, estreptococos, estafilococos y otros, junto a polen vegetal concentrado, polvo doméstico, pelos de perro, gato y caballo, y plumas. Se debía mantener en lugar fresco y lejos de la luz y no solo era efectivo contra el resfrío sino muy eficaz para las alergias, los catarros, el asma y las mañas para comer. Eso sí, daba unas diarreas que nadie aguantaba y el papel higiénico tenía mucha salida, tanto que el almacenero se lo mandaba de regalo.
Temístocles, -así se llamaba el hombre en honor a su tocayo griego que se convirtiera en líder demócrata después de la primera guerra médica, que de medicina no tenía nada. había sido educado por su padre, también farmacéutico, quien a su vez había sido entrenado por el abuelo, que había heredado todos los conocimientos de una vieja sin nombre, que se los había dado para que alguien siguiera buscando la fórmula de la vida eterna. Cuentan que esa vieja, casi bruja o hechicera, trasmitió los conocimientos en una sola noche, sentada sobre la letrina, luego de curarse un resfrío. Murió deshidratada por la imparable cagalera.
Ahora, casi cien años después, Temístocles seguía trabajando. Mientras sus investigaciones públicas resultaban en esos menjunjes curativos, por las noches pasaba horas en la pieza del fondo estudiando el elixir de la vida o licor de la eternidad. Temístocles había intentado con mezclas de todo aquello que tuviera algo que ver con la vida o que fuera origen de la vida o que alimentara la vida humana. En ese sentido tenía decenas y decenas de frascos con huevos de gallina entreverados con escamas de pescado de río, algas descompuestas, sal atlántica y polvo de roca que era solamente arena. El color era muy interesante: iba del amarillo intenso al lila, con vetas verdosas en todos los casos, pero lo inaguantable era el olor a podrido de todos esos envases cerrados con corchos renegridos.
En la estantería más alejada había toda clase de combinación con huesos de animales, ojos de gato, plumas de gorriones y frutas secas también adentro de botellas en cuyo interior todo fermentaba, se pudría y finalmente terminaba en un color homogéneo, mortuorio e inútil, porque tomar aquello, muy lejos de dar vida eterna, resultaría en una mortal intoxicación. Y en esas pruebas había trabajado toda su vida al igual que su padre, su abuelo, su bisabuelo y más atrás, hasta la vieja bruja, inventora de aquellas alquimias. Nadie dejaba de reconocer que Temístocles era, sin embargo, un gran sabio. Gente venida de todos lados lo visitaban para consultarlo y lo que él sugería daba algún resultado.
-Es que la gente cree en lo que yo le doy y eso ya es casi la completa curación -decía y tenía razón. Todos creían en sus preparados menos él, cuya única intención era llegar al licor de la eternidad o elixir de la vida o brebaje para evitar la muerte o menjunje de la juventud sin fin o, simplemente, "el preparado" como Temístocles solía llamar a lo que sería su invento más importante.
Una noche de invierno él estaba en su pieza del fondo haciendo experimentos
Estimados amigos.
Les contaré un cuento estilo Alfred Hictcohk:
"El misterioso asesinato de..."
Empieza en la mañana de un caluroso día de verano.Y sentada en su cama,Verónica leía su libro favorito.Verónica era una niña huérfana que vivía con su abuela ya que sus padres habían muerto en un accidente de tráfico.
Aquel día,después de leer el libro,se quedo muy aburrida y no sabia que hacer hasta la hora de comer.Se fue a su cuarto y se quedo dormida.De repente oyó extraños ruidos que venían de la habitación de la abuela.Se levantó corriendo y fue a ver que pasaba y encontró a su abuela tapada hasta arriba con la sábana.Verónica la destapó esperando no encontrarse nada malo y vio....algo espeluznante....hayyyyyyyyyy......
CONTINUARÁ.........
Todos son buenos pero no tanto como el miy se llama la gallina y le lobo
Avia una gallina y el lobo se la comio xD
yo tambien necesito una ayuda
jajajaja komo? es muy facil solo tienes ke krear un dios ke a todos les guste! pero ke nadie komprenda.... komo un pollo kon sadly de murcielago piernas de kanguro y kola de serpiente y luego los amenazas de ke se van a ir ala Chin*ada si no siguen tu faith y LISTO!! aora solo ay ke esperar para ke los "clientes" lleguen a tu negocio es lo mismo ke poner un changarro
Si pero estás inteligente para tocar los fundamentos de la fotografía profesional , y formarse la base del tridente que conforma la exposición: La apertura , La velocidad y el ISO entonces deja que este libro , Manual de Técnica Fotográfica de aquí https://tr.im/1IHN2 te lleve en el camino correcto .
Con este libro aprenderás a utilizar estos tres grandes conceptos de la fotografía , la apertura , la velocidad y el ISO para poder utilizar prácticamente el modo manual de tu cámara porque para un fotógrafo profesional usar el modo automático es casi como un pecado . Si aprendes a utilizar estas tres cosas aprenderás como poner la cantidad exacta de luz , y la claridad junto a la profundidad de campo que deseas y así capturar objetos en movimiento entre otras cosas .
Hola disculpa que te moleste me podrias ayudar con un cuento bonito y corto es para mi hijo de la escuela tiene que llevar un cuento inventado con el titulo que el quisiera ponerle al cuento. el titulo del cuento de mijo se llama el hombre y el libro mágico.
Bueno espero que me puedas ayudar, gracias por su ayuda.
tu suerte... cuentos inventados ya los tenes pero... te perdistes la oportunidad (vos no lo lograstes comoda