La de: “los indios Broncos” de la region de Nuevo León, Gto
En Nuevo León no existe una cultura indígena estable, es por ello que la danza de esta región tiene una fuerte influencia de las costumbres peninsulares y del criollo español. La sociedad del siglo XIX era cerrada y aristocrática; bailaban pavanas, gallardas, zarabanas, chaconas, vascas y valonas, géneros importados de las cortes europeas. Los tipos más comunes del baile neolonés también tienen ese origen y son la redova, el chotis y la polka. En el caso de la monografía correspondiente se tomó lo menos difundido de la música y el baile norteño, rescatando así tres piezas muy representativas: La varsoviana (una mazurca, pieza de tipo aristocrática que se acostumbraba en los salones neoloneses del siglo XIX y comienzos del XX), Los tecolotes (un jarabe neolonés) y El mesquitón (un huapango que hace lucir el zapateado de las parejas).
Tamaulipas tiene tradiciones bailables bien definidas. En la parte norte se baila música norteña. Está representada en este caso por coreografÃas que intentan mostrar lo más representativo de esta tradición: Las panchitas, El gallito, La rosita (polka) y El circo. A diferencia de muchos de los bailes regionales mostrados a lo largo de la colección, las melodÃas no tienen letra. En la parte centro-sur existen dos tipos de pasos: en el centro, la picota (mostrados aquà con las piezas de La rosita y San Carlos, siempre acompañados por el tambor y el clarinete) y en el sur el huapango (palabra que significa “sobre el tablado”) que es el baile tÃpico de la región Huasteca (en este libro se escogen La petenera y el famoso Querreque, ambos acompañados por canciones y por un trÃo de violÃn, jarana y la quinta hupanguera).Veracruz:pertenece, en su parte norte, a la región Huasteca y por lo tanto el baile de la zona es el huapango, tradición que comparte, como hemos visto, con Tamaulipas. En la selección del material que muestra esta región están incluidas cuatro representaciones: Xochipitzáhuatl (una danza de casamiento), Las copaleras (su nombre deriva del copal que cada danzante lleva en un incensario), El caballito (tiene por temática la actividad equina) y La presumida (se cree que la autorÃa de la ejecución dancÃstica es de Camilo Guzmán, en la puesta las mujeres portan una botella en la cabeza y con ella demuestran el dominio del zapateado; el baile está acompañado por una canción interpretada por voces masculinas).
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La de: “los indios Broncos” de la region de Nuevo León, Gto
En Nuevo León no existe una cultura indígena estable, es por ello que la danza de esta región tiene una fuerte influencia de las costumbres peninsulares y del criollo español. La sociedad del siglo XIX era cerrada y aristocrática; bailaban pavanas, gallardas, zarabanas, chaconas, vascas y valonas, géneros importados de las cortes europeas. Los tipos más comunes del baile neolonés también tienen ese origen y son la redova, el chotis y la polka. En el caso de la monografía correspondiente se tomó lo menos difundido de la música y el baile norteño, rescatando así tres piezas muy representativas: La varsoviana (una mazurca, pieza de tipo aristocrática que se acostumbraba en los salones neoloneses del siglo XIX y comienzos del XX), Los tecolotes (un jarabe neolonés) y El mesquitón (un huapango que hace lucir el zapateado de las parejas).
Estados del norte:De los estados del norte hallamos monografÃas que estudian los bailes regionales de Zacatecas, Nuevo León y Tamaulipas.Zacatecas es territorio de tradiciones, de danzas con influencia indÃgena como La danza de caballitos y La danza de pardos. Las piezas de esta región por lo general están compuestas de varios sones, ejecutados con violÃn y tambora. Manifestaciones de esos sones son el jarabe y las cuadrillas; éstas, compuestas de varias figuras, por ejemplo, las libres, francesas, de ramillete o improvisadas. Las cuadrillas se bailan tanto en Zacatecas como en Durango y es un ritmo creado en el siglo XVIII para bailarse en salón. En este trabajo se incluyen dos piezas: las Cuadrillas del ValparaÃso y El baile de Mexicapan, que tiene la tradición del corrido, género tÃpicamente norteño y que está vinculado con el poema de Vamos al baile de Mexicapan, de Severo Amador Sandoval.A diferencia de la música y danza de Zacatecas, en Nuevo León no existe una cultura indÃgena estable, es por ello que la danza de esta región tiene una fuerte influencia de las costumbres peninsulares y del criollo español. La sociedad del siglo XIX era cerrada y aristocrática; bailaban pavanas, gallardas, zarabanas, chaconas, vascas y valonas, géneros importados de las cortes europeas. Los tipos más comunes del baile neolonés también tienen ese origen y son la redova, el chotis y la polka. En el caso de la monografÃa correspondiente se tomó lo menos difundido de la música y el baile norteño, rescatando asà tres piezas muy representativas: La varsoviana (una mazurca, pieza de tipo aristocrática que se acostumbraba en los salones neoloneses del siglo XIX y comienzos del XX), Los tecolotes (un jarabe neolonés) y El mesquitón (un huapango que hace lucir el zapateado de las parejas).
Tamaulipas tiene tradiciones bailables bien definidas. En la parte norte se baila música norteña. Está representada en este caso por coreografÃas que intentan mostrar lo más representativo de esta tradición: Las panchitas, El gallito, La rosita (polka) y El circo. A diferencia de muchos de los bailes regionales mostrados a lo largo de la colección, las melodÃas no tienen letra. En la parte centro-sur existen dos tipos de pasos: en el centro, la picota (mostrados aquà con las piezas de La rosita y San Carlos, siempre acompañados por el tambor y el clarinete) y en el sur el huapango (palabra que significa “sobre el tablado”) que es el baile tÃpico de la región Huasteca (en este libro se escogen La petenera y el famoso Querreque, ambos acompañados por canciones y por un trÃo de violÃn, jarana y la quinta hupanguera).Veracruz:pertenece, en su parte norte, a la región Huasteca y por lo tanto el baile de la zona es el huapango, tradición que comparte, como hemos visto, con Tamaulipas. En la selección del material que muestra esta región están incluidas cuatro representaciones: Xochipitzáhuatl (una danza de casamiento), Las copaleras (su nombre deriva del copal que cada danzante lleva en un incensario), El caballito (tiene por temática la actividad equina) y La presumida (se cree que la autorÃa de la ejecución dancÃstica es de Camilo Guzmán, en la puesta las mujeres portan una botella en la cabeza y con ella demuestran el dominio del zapateado; el baile está acompañado por una canción interpretada por voces masculinas).
Por otra parte, Veracruz, en el sur, es también territorio del Sotavento. Aquà el son tiene caracterÃsticas propias, su rÃtmica está cercana a los ritmos africanos. El instrumento principal de este género es el arpa. En esta ocasión se han elegido como ejemplos La rama (se da en el ámbito de una procesión navideña, en general no se baila, la música y el canto lo caracterizan); La bruja (uno de los sones más conocidos, su letra es de carácter lúdico); El palomo (baile de galanteo en que se representa a un bailarÃn que pretende conquistar a su paloma); El borracho (personaje que a pesar de su estado baila con maestrÃa); El butaquita (se refiere al butaque, trozo de madera que sirve de asiento para mecerse; este baile se acompaña con arpa), y por último, la pieza más conocida, La bamba (con trescientos años de antigüedad, cuenta con más de doscientas versiones, su letra inicia con la conocida tonada: “Para bailar la bamba se necesita una poca de gracia…”). El son jarocho incluye una gran variedad de temas: históricos, amorosos y de la vida cotidiana.Jalisco y Michoacán
En el occidente del paÃs encontramos los estados de Jalisco y Michoacán, cada uno de ellos con caracterÃsticas muy particulares.
En Jalisco también se baila el son. Tiene por origen España; el género se desarrolló durante la Colonia y se consolidó a lo largo del XIX. La caracterÃstica principal del son de Jalisco es la utilización del mariachi, tradición compartida con los estados de Colima y Nayarit. Los ejemplos recogidos en está monografÃa son La negra (en el que se describe el cortejo, su canto alude al varón haciendo piropos); Las alazanas (un baile interpretado e