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Te paso un fragmento del libro ¿amar o depender? del psicologo walter riso.

La defensa de la territorialidad y la soberanía afectiva

La territorialidad es el espacio de reserva personal; si alguien lo traspasa, me siento mal, incómodo o amenazado. Es la soberanía psicológica individual: mi espacio, mis cosas, mis amigos, mis salidas, mis pensamientos, mi vocación, mis sueños, en fin, todo lo que sea “mi”, que no necesariamente excluye el “tu”. Tus rosas, mis rosas y nuestras rosas. Una territorialidad exagerada, lleva a la paranoia y si es minúscula, a la inasertividad. El equilibrio adecuado es aquel donde las demandas de la pareja y las propias necesidades se acoplan respetuosamente.

Aunque ya nos referimos en parte a este punto, es importante recalcar que sin territorialidad no puede haber una buena relación. Las parejas superpuestas en un ciento por ciento, además de disfuncionales, son planas y tediosas. Se conocen tanto y se comunican tantas cosas, que se les acaba el repertorio. Se pierde el encanto de lo inesperado. Una cosa es entregar el corazón y otra el cerebro.

Nuestra educación ha exaltado el valor de un matrimonio encerrado y sin secretos, como decía E.E. Cummings: “Uno no es la mitad de dos; dos son las mitades de uno”. Siameses, hasta que la muerte los separe. A muchos les disgusta que su pareja no lo exprese todo, porque lo consideran falta de lealtad (obviamente no estoy defendiendo el mutismo electivo). Pero la transparencia total no existe. Más aún, a veces es mejor no preguntar, y otras, no contar. Recuerdo el caso de una señora que, como no estaba muy bien afectivamente con su esposo, empezó a sentirse atraída por el mejor amigo del señor. Aunque nunca había pasado nada entre ambos, una noche de parranda, con algunos tragos encima, él se animó a darle un beso y ella no lo rechazó. Un tiempo después, estando en un curso de “encuentro matrimonial”, en un ataque de sinceridad la mujer no solamente comentó la atracción que sentía por el susodicho, que entre otras cosas disminuía cada día, sino el furtivo beso que se dejó robar. Ella quedó liviana, tranquila y en paz consigo misma, con Dios y con la humanidad; él quedó deprimido, indignado y celotípico. Necesitaron varias citas de terapia, una separación transitoria y casi un año de reproches para volver a empezar. No obstante, algo pareció romperse. Todavía hoy, después de cinco años, cuando la obsesión se activa, el marido exige más detalles del beso aquel. La pregunta es evidente: ¿Valió la pena comentar el desliz? ¿No podría ella haber buscado una solución menos “sincera” y dramática? La mayoría de los hombres nunca olvidan las canitas al aire de su mujer.

En otro ejemplo, una mujer que trabajaba vendiendo cosméticos para ayudar a los gastos de la casa, había decidido abrir su propia cuenta de ahorros. Por recomendación de su madre, y debido a que el esposo era bastante tacaño, a escondidas comenzó a ahorrar el diez. Por consejo de un sacerdote, y para evitar estar en pecado, le confesó al marido el autopréstamo que estaba haciendo efectivo sin su autorización. Más le hubiera valido estar presa. Las medidas represivas del señor fueron impresionantes. Iban desde la confiscación activa de los privilegios, hasta el escarnio público. ¿Tuvo algún sentido comentar el secreto de su ahorro? En otro caso, un hombre cometió el error de confesarle a su señora que todavía le gustaba una ex novia, casada y con hijos, que trabajaba en la misma empresa que él. No tuvo vida hasta renunciar al trabajo. Una joven mujer a punto de casarse le confesó al novio, con el cual mantenía relaciones sexuales frecuentes, que él no había sido el primero. El matrimonio se desbarató.

La idea no es andar jugando a las escondidas, fomentar el libertinaje y eliminar todo rastro de honradez, sino establecer los límites de la propia privacidad. Algo así como la reserva del sumario. Y esto no es desamor, sino inteligencia afectiva. La independencia (territorialidad) sigue siendo la mejor opción para que una pareja perdure y no se consuma. Aunque a la gente apegada le aterra el libre albedrío y le encanta ceder espacios: sin autonomía no hay amor, sólo adición complaciente.

Primero para que lo quieres ver.?

Estar casad@s no quiere decir que ya dejamos de tener privacidad o libertad, cada quien, cada ser humano por el echo de ser persona necesita privacidad y ahí espacios que así estés casad@ necesitas respetar, por lo menos el celular, por lo menos yo que siendo una chamita todavía no le consigo el sentido a estar vigilándole la vida a alguien estar celando constantemente a alguien o incluso llegar al extremo de revisar sus cosas para ver si oculta algo, sabes por hay ahí un dicho que dice "La curiosidad mato al gato" talvez a mi no me gusta buscar porque capaz y consigo como puede que no, pero si te pide confianza es xq uno el ser humano es terc@ y si te das cuenta indiferentemente de cual sea la causa o el motivo que una persona esta insistiendo tanto en algo que es tuyo que te pertenece te pones mas en contra en el echo de mostrárselo o darle a demostrar que no escondes nada, claro también esta el dicho que dice que si "Nada debes nada temes" ahí cabe la contradicción de porque no ya mostrártelo y ya así te quedas tranquila ps. La cuestión es que si eres "celosa" por decirlo así o estar preocupada, desesperada ya no cabe el echo de que lo veas xq los mensajes y llamadas se pueden borrar así que si el te lo da a estas alturas tu lo que vas a pensar es no vale me lo dio ahora es xq ya borro todo y de igual forma tu vas a seguir igual y el tranquilo, primero no te frustres por los demás ni porque sea tu marido o tu familia nadie vale la pena, nadie es lo suficientemente importante para que tu sufras o te desesperes por esa persona, sabes también dicen que el que quiere no hace daño pero esta vez el daño y el desespero te lo estas haciendo tu misma xq si no te ah dado motivos no tienes porque estar tan desesperada, cálmate tranquilízate, habla con el, no se lo quites xq eso es de el, pídeselo si te dice que no ps dile "Para que me dices que no te tengo confianza si tu a mi no me tienes la suficiente confianza de ver tu tlf" pero no le insistas mas que seguro no es nada malo solo es capricho y si fuera algo malo ps cálmate, tranquilízate xq la verdad siempre sale al aire por sus propios medios.

Saludos y cuídate.

A mi tampoco me gusta que me revisen mi Celular, ni mi Computadora. No escondo nada, es solo que me gusta que respeten mi espacio.

Pos que no confias en el, o tienes motivos para desconfiar,confia en el pobrecito dejalo que su guarde su privacidad, je je

Y porque esa compulsión de querer verle el celular, tal vez sea cierto y no te oculte nada y nada mas que por el hecho de tu insistencia no quiere dejártelo ver, parecen dos adolescentes quinceañeros.

Si no te ha dado otro tipo de muestras de infidelidad, para que sospechar de algo que no existe?

Tu misma lo estas empujando a que haga lo que no debe.

A ti te parece que si tuviera algo para ocultar realmente lo va a dejar a tu vista?

Sabiendo que estas intentando pillarle el celular a cada rato?

mira suena logico lo que t dijo pues debes de tener confianza en el en la actualidad es de estupidos tener fotos o mensajes de tus detalles en el cel o mas feo tener contactos de mujeres que tu pareja no conozca o sepa de su existencia, el que es mas astuto le cambia los nombre por decir algo si es petra le ponen pedro o si es juan le ponen juana asi nunca descubriras nada dejalo que confie en ti ya ya esta el solo te lo dara para que lo veas.

suerte

Si no te deja ni ver el celular es pq algo se trae en el. Si no te daria el celular y luego se enojaria.

Debes de tener mucho cuidado, por que los hombres con esa paja de que quieren que confien en ellos lo arreglan todo, asi que si se pone tan tenso cuando deceas ver su cel. es porque algo esconde, tu eres su esposa y tienes derecho a saber todo de el, lo que te puedo decir es que tu esposo esconde algo.

como cosejo dejalo ke se confie y cuando lo haga empieza a revisar su cel. sin ke se de cuenta hasta que descubras ke esconde no actues de inmediato hasta que estes segura de lo ke pasa. dile ke confias en el, hasle sentir ke no te interesa ver su cel. muchos veces es necesario fingir ante estos sinverguensas. buena suerte

k mala onda k t sientas asi, una vez m paso m puse igual k tu hasta k hable bien con mi pareja exponiendole mis dudas y m aclaro k no m daba su cell por lo mismo k todos t dicen aca, el echo d estar casados no kiere decir k pierdan su privacidad el m dijo k aparte d ser algo privado si m lo mostraba m haria mas celosa por k despues iba querer inmiscuirme en otra cosa y es verdad entre mas nos dejan y hacen lo k nosotras keramos mas pedimos al rato vas a pedirle contraseña d su email y asi sucesivamente, mejor piensa k simplemente no t lo muestra por k es privado es algo d el no tiene nada d malo

POR SUPUESTO QUE TE OCULTA ALFGO

Algo hay... Si no te deja verlo, es porque oculta algo. Si no oculta nada, dile con mucha tranquilidad, cariño y confianza que te gustaría ver su teléfono, que si no tiene nada que ocultar, entonces puede haber la confianza de que te lo enseñe.

Confía en tu intuición. Sabemos cuando algo no va bien, es como una ola, un apretón suave en el centro del estómago. Siempre hay algo que nos hace pensar y sentir un "¡ouch!", que es la premonición de la que te hablo.

Cuando hayan visto su celular, dile que lo amas y que quieres confiar en él. Háblale claro.

Por otro lado, ya son adultos, y no vas a cuidar su celular ni lo que haga todo el tiempo. Si él es un profesional y tú también, entonces deberán darse espacio para que ambos desempeñen al máximo su trabajo, no ponerse trabas, si no ayudarse a crecer, mutuamente.

No sé si tienes un trabajo fuera de casa; si no es así, consigue uno para que no estés pensando en cosas negativas. Creo que el mejor remedio para todos los males es el trabajo.

Suerte.