q sea corto
A ver si te gusta este:
Me muerdo los labios para no llamarte,
me queman tus besos,
me sigue tu voz;
te llevo muy dentro de mi prendido
en la fiebre brutal de mi sangre.
Pensando que pueda besarte
otra me hierven las venas
de rabia y rencor y tengo
en el pecho el desconcierto
de un infierno sin ti.
Te niego y te busco
este es mi calvario.
Te niego porque a ti te debo
mis horas amargas y te busco
porque también te debo
mis horas de miel.
Eres la tormenta
que azota mis puertas
y la calma de mis días de paz.
Eres la espina que hinca
y duele y el beso de amor
que me llena de alegría.
Te Amo y Te Odio con todas las fuerzas de mi corazón.
Anónimo
Suerte
Rima XLII -Gustavo Adolfo Becquer
Cuando me lo contaron sentà el frÃo
de una hoja de acero en las entrañas,
me apoyé contra el muro, y un instante
la conciencia perdà de donde estaba.
Cayó sobre mi espÃritu la noche,
en ira y en piedad se anegó el alma,
¡y entonces comprendà por qué se llora!
¡y entonces comprendà por qué se mata!
Pasó la nube de dolor... con pena
logré balbucear breves palabras...
¿Quién me dio la noticia?... Un fiel amigo...
Me hacÃa un gran favor... Le di las gracias.
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A ver si te gusta este:
Me muerdo los labios para no llamarte,
me queman tus besos,
me sigue tu voz;
te llevo muy dentro de mi prendido
en la fiebre brutal de mi sangre.
Pensando que pueda besarte
otra me hierven las venas
de rabia y rencor y tengo
en el pecho el desconcierto
de un infierno sin ti.
Te niego y te busco
este es mi calvario.
Te niego porque a ti te debo
mis horas amargas y te busco
porque también te debo
mis horas de miel.
Eres la tormenta
que azota mis puertas
y la calma de mis días de paz.
Eres la espina que hinca
y duele y el beso de amor
que me llena de alegría.
Te Amo y Te Odio con todas las fuerzas de mi corazón.
Anónimo
Suerte
Rima XLII -Gustavo Adolfo Becquer
Cuando me lo contaron sentà el frÃo
de una hoja de acero en las entrañas,
me apoyé contra el muro, y un instante
la conciencia perdà de donde estaba.
Cayó sobre mi espÃritu la noche,
en ira y en piedad se anegó el alma,
¡y entonces comprendà por qué se llora!
¡y entonces comprendà por qué se mata!
Pasó la nube de dolor... con pena
logré balbucear breves palabras...
¿Quién me dio la noticia?... Un fiel amigo...
Me hacÃa un gran favor... Le di las gracias.