Werita. LA FLAMOMETRIA. Se basa en el hecho de que los átomos de un metal en fase de vapor absorben fuerte y discretamente longitudes de onda características, que coinciden con las líneas espectrales que ellos mismos emiten. La medida de esta absorbancia está ligada a la concentración de dicho metal en una muestra, y por lo tanto nos da datos cuantitativos sobre su presencia en la misma. La espectroscopia de absorción está ampliamente relacionada con la de emisión que se fundamenta en la intensidad de la radiación emitida por los átomos excitados al pasar a su estado fundamental, mientras que la energía absorbida por los átomos no excitados es la base de la absorción atómica. Estos dos métodos son complementarios y la aplicación de uno u otro dependerá de las características de la disolución a analizar, y del experimento en general. El aparato utilizado consta de tres partes principales: la fuente de radiación, la llama y el detector. La fuente de radiación consiste en una lámpara en cuyo interior se encuentra un cátodo, que ha de ser del mismo metal a analizar y un ánodo, además de un gas noble (helio o argón normalmente). La descarga eléctrica ioniza el gas noble, y sus choques contra el cátodo provocará en último término que los átomos de este metal se exciten. Los átomos excitados emiten las radiaciones características al volver a su estado fundamental, radiación que será aplicada sobre la muestra a analizar. Se necesita una lámpara independiente como fuente de energía para cada elemento que se ha de analizar Para conseguir que los compuestos se atomicen, los nebulizamos primero aplicando el calor de una llama, consiguiendo así que se elimine el disolvente. Aplicando más calor, conseguimos que la muestra vaya pasando de una fase sólida al estado de plasma. A continuación, tras aplicar la radiación procedente de la lámpara, de mide la absorbancia de la llama. Es necesario eliminar las interferencias que se originan por emisión desde la llama. Para ello, hacemos que oscile la intensidad de la fuente a una frecuencia constante. Se detectarán dos tipos de señales, una alterna, desde la fuente, y otra continua, desde la llama. Estas señales radiantes se convierten en las señales eléctricas correspondientes por medio de fotomultiplicadores. Este sistema electrónico debe ser capaz de diferenciar entre la señal proveniente de la lámpara y la señal continua procedente de la llama. Otros elementos de un instrumento de absorción atómica son los monocromadores y los filtros, que proporcionan una anchura de banda los suficientemente estrecha (pico de absorción) como para permitir separar la línea escogida de otras líneas que puedan interferir en el análisis. Por útimo decir como en todo experimento de espectroscopia es necesario primero un calibraje, que normalmente realizado por el propio instrumento.
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Werita. LA FLAMOMETRIA. Se basa en el hecho de que los átomos de un metal en fase de vapor absorben fuerte y discretamente longitudes de onda características, que coinciden con las líneas espectrales que ellos mismos emiten. La medida de esta absorbancia está ligada a la concentración de dicho metal en una muestra, y por lo tanto nos da datos cuantitativos sobre su presencia en la misma. La espectroscopia de absorción está ampliamente relacionada con la de emisión que se fundamenta en la intensidad de la radiación emitida por los átomos excitados al pasar a su estado fundamental, mientras que la energía absorbida por los átomos no excitados es la base de la absorción atómica. Estos dos métodos son complementarios y la aplicación de uno u otro dependerá de las características de la disolución a analizar, y del experimento en general. El aparato utilizado consta de tres partes principales: la fuente de radiación, la llama y el detector. La fuente de radiación consiste en una lámpara en cuyo interior se encuentra un cátodo, que ha de ser del mismo metal a analizar y un ánodo, además de un gas noble (helio o argón normalmente). La descarga eléctrica ioniza el gas noble, y sus choques contra el cátodo provocará en último término que los átomos de este metal se exciten. Los átomos excitados emiten las radiaciones características al volver a su estado fundamental, radiación que será aplicada sobre la muestra a analizar. Se necesita una lámpara independiente como fuente de energía para cada elemento que se ha de analizar Para conseguir que los compuestos se atomicen, los nebulizamos primero aplicando el calor de una llama, consiguiendo así que se elimine el disolvente. Aplicando más calor, conseguimos que la muestra vaya pasando de una fase sólida al estado de plasma. A continuación, tras aplicar la radiación procedente de la lámpara, de mide la absorbancia de la llama. Es necesario eliminar las interferencias que se originan por emisión desde la llama. Para ello, hacemos que oscile la intensidad de la fuente a una frecuencia constante. Se detectarán dos tipos de señales, una alterna, desde la fuente, y otra continua, desde la llama. Estas señales radiantes se convierten en las señales eléctricas correspondientes por medio de fotomultiplicadores. Este sistema electrónico debe ser capaz de diferenciar entre la señal proveniente de la lámpara y la señal continua procedente de la llama. Otros elementos de un instrumento de absorción atómica son los monocromadores y los filtros, que proporcionan una anchura de banda los suficientemente estrecha (pico de absorción) como para permitir separar la línea escogida de otras líneas que puedan interferir en el análisis. Por útimo decir como en todo experimento de espectroscopia es necesario primero un calibraje, que normalmente realizado por el propio instrumento.