Después de la batalla de Caseros, el 3 de febrero de 1852, y del Acuerdo de San Nicolás, firmado el 31 de mayo de ese año, que establecía la reunión de un Congreso Constituyente en Santa Fe para sancionar una Constitución. Dicho Congreso, promulgó la Constitución Nacional el 25 de mayo de 1853.
Al ser derrotado Rosas por J:J:de Urquiza en Caseros, presenta su renuncia y parte hacia el exilio a Inglaterra hasta su muerte.
Urquiza intenta establecerse en Bs.As., pero los porteños, que primeramente se habían visto favorecidos por la caída de Rosas,y decían estar a favor del vencedor de Caseros, ahora NO lo querían a Urquiza, porque: era UN CAUDILLO FEDERAL, y todo aquel que era federal, para los porteños era la "chumas salvaje". No aceptaban que "un salvaje" interfiriera" en sus ansias de formar nuevamente un gobierno unitario. Urquiza asienta la capital de la Confederación en la ciudad de Paraná, Entre Ríos.
Se logra sansionar la tan ansiada constitución que tanto se negaba Rosas.
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todos los caseritos aggarraon su rifles y fueron a matar a las torcasas y las palomas tiraron bomba nucleares y fin
Después de la batalla de Caseros, el 3 de febrero de 1852, y del Acuerdo de San Nicolás, firmado el 31 de mayo de ese año, que establecía la reunión de un Congreso Constituyente en Santa Fe para sancionar una Constitución. Dicho Congreso, promulgó la Constitución Nacional el 25 de mayo de 1853.
Al ser derrotado Rosas por J:J:de Urquiza en Caseros, presenta su renuncia y parte hacia el exilio a Inglaterra hasta su muerte.
Urquiza intenta establecerse en Bs.As., pero los porteños, que primeramente se habían visto favorecidos por la caída de Rosas,y decían estar a favor del vencedor de Caseros, ahora NO lo querían a Urquiza, porque: era UN CAUDILLO FEDERAL, y todo aquel que era federal, para los porteños era la "chumas salvaje". No aceptaban que "un salvaje" interfiriera" en sus ansias de formar nuevamente un gobierno unitario. Urquiza asienta la capital de la Confederación en la ciudad de Paraná, Entre Ríos.
Se logra sansionar la tan ansiada constitución que tanto se negaba Rosas.
Los gobernadores que habían sido rosistas dijeron " a rey muerto, rey puesto" y aceptaron a Urquiza.