A calzón quitado hablan aquellos que tienen lazos afectivos o pretenden tenerlos. Amigos entrañables pueden convertirse en enemigos luego de haber puesto sobre la mesa sus inquietudes.
Cuando alguien se nos acerca y con el rostro muy compungido nos dice que quiere conversar a calzón quitado, el asunto toma ribetes delicados. Aún más delicados si quien se acerca nos debe dinero. Por nuestra cabeza rondará de inmediato la certeza de que el compromiso de pago se prolongará, lo más probable, indefinidamente. Ahora, si no hay deuda de por medio, se intuye de inmediato que luego de este acercamiento podría haberla, con lo que nuestra mente trabajará aceleradamente para evitar el desenlace.
A calzón quitado hablan aquellos que tienen lazos afectivos o que pretenden tenerlos en el futuro inmediato. Amigos, parejas, matrimonios bien avenidos y de los otros -más numerosos- si bien en este último caso hablar a calzón quitado normalmente es un eufemismo. En resumen, yo no puedo, así como así proponerle a una persona con la que no tengo confianza, que conversemos en ese estado, si bien es sólo una manera de enfatizar franqueza. La frase es muy requerida en estado etílico. En esa condición, hablar a calzón quitado es presagio de intimidades reiteradas de fraternidad eterna, morir en tus brazos, nunca te dejaré, pídeme lo que quieras, contigo hasta el fin del mundo, y demás exageraciones impracticables, tratándose de un acercamiento con fines fisiológicos entre sexos opuestos, y en el caso de los del mismo sexo, palabras que al día siguiente se irán a bolsas negras con el resto de los desperdicios de la resaca.
A calzón quitado, amigos entrañables pueden convertirse en enemigos luego de haber puesto sobre la mesa sus inquietudes. La frase tiene en su etimología un germen de franqueza que sólo mentes serenas pueden manejar. En el fondo, se utiliza para confesar lo inconfesable y, vale la pena reiterar, resulta peligrosa salvo en aquel estado etílico ya mencionado, en que todo es difuso. Estando “sanito” se puede llegar incluso al exceso de confesarle a un hijo que su gestación fue indeseada o bien, a la luz de los resultados, un error. En el mismo tenor, un querido amigo aún purga con amargura la franqueza de haberle confesado a su cónyuge un extravío amoroso con “la” amiga de ella, a la sazón muy deprimida por la partida de su esposo. En reiteradas oportunidades, si bien ya supuestamente con las heridas cicatrizadas, he presenciado y ante la menor contrariedad, cómo la cónyuge lo maltrata con epítetos irreproducibles y aún más, a raíz de ello, tenerlo de visita en mi hogar durante temporadas prolongadas.
A calzón quitado fue sorprendido un prócer de nuestra patria en el lecho de uno de sus subalternos y ante las palabras estupefactas del afectado, de que “estaba sorprendido”, el gran hombre de Estado tuvo la serenidad de argumentar, que en estricto rigor, quien había sido sorprendido era él y, claro, obviamente la dama de ojos desorbitados que yacía a su lado. A calzón quitado tuvo la entereza de utilizar el lenguaje en su estricto significado. Un caso único de serenidad, sobre todo si se consideran las negativas condiciones ambientales.
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A calzón quitado hablan aquellos que tienen lazos afectivos o pretenden tenerlos. Amigos entrañables pueden convertirse en enemigos luego de haber puesto sobre la mesa sus inquietudes.
Cuando alguien se nos acerca y con el rostro muy compungido nos dice que quiere conversar a calzón quitado, el asunto toma ribetes delicados. Aún más delicados si quien se acerca nos debe dinero. Por nuestra cabeza rondará de inmediato la certeza de que el compromiso de pago se prolongará, lo más probable, indefinidamente. Ahora, si no hay deuda de por medio, se intuye de inmediato que luego de este acercamiento podría haberla, con lo que nuestra mente trabajará aceleradamente para evitar el desenlace.
A calzón quitado hablan aquellos que tienen lazos afectivos o que pretenden tenerlos en el futuro inmediato. Amigos, parejas, matrimonios bien avenidos y de los otros -más numerosos- si bien en este último caso hablar a calzón quitado normalmente es un eufemismo. En resumen, yo no puedo, así como así proponerle a una persona con la que no tengo confianza, que conversemos en ese estado, si bien es sólo una manera de enfatizar franqueza. La frase es muy requerida en estado etílico. En esa condición, hablar a calzón quitado es presagio de intimidades reiteradas de fraternidad eterna, morir en tus brazos, nunca te dejaré, pídeme lo que quieras, contigo hasta el fin del mundo, y demás exageraciones impracticables, tratándose de un acercamiento con fines fisiológicos entre sexos opuestos, y en el caso de los del mismo sexo, palabras que al día siguiente se irán a bolsas negras con el resto de los desperdicios de la resaca.
A calzón quitado, amigos entrañables pueden convertirse en enemigos luego de haber puesto sobre la mesa sus inquietudes. La frase tiene en su etimología un germen de franqueza que sólo mentes serenas pueden manejar. En el fondo, se utiliza para confesar lo inconfesable y, vale la pena reiterar, resulta peligrosa salvo en aquel estado etílico ya mencionado, en que todo es difuso. Estando “sanito” se puede llegar incluso al exceso de confesarle a un hijo que su gestación fue indeseada o bien, a la luz de los resultados, un error. En el mismo tenor, un querido amigo aún purga con amargura la franqueza de haberle confesado a su cónyuge un extravío amoroso con “la” amiga de ella, a la sazón muy deprimida por la partida de su esposo. En reiteradas oportunidades, si bien ya supuestamente con las heridas cicatrizadas, he presenciado y ante la menor contrariedad, cómo la cónyuge lo maltrata con epítetos irreproducibles y aún más, a raíz de ello, tenerlo de visita en mi hogar durante temporadas prolongadas.
A calzón quitado fue sorprendido un prócer de nuestra patria en el lecho de uno de sus subalternos y ante las palabras estupefactas del afectado, de que “estaba sorprendido”, el gran hombre de Estado tuvo la serenidad de argumentar, que en estricto rigor, quien había sido sorprendido era él y, claro, obviamente la dama de ojos desorbitados que yacía a su lado. A calzón quitado tuvo la entereza de utilizar el lenguaje en su estricto significado. Un caso único de serenidad, sobre todo si se consideran las negativas condiciones ambientales.
espero te sirva,
db
Hablar a "calzón quitado" significa hablar sin esconder nada, diciendo toda la verdad, sin hipocresías
a calzon quitado, sin ropas, con honestidad plena.....
ke hables sin rodeos,
sin obstaculos
sin miedo...
decir todo sin ocultar u obviar nada
Decir las cosas sin " pelos en la lengua", o sea sin quedarte con nada : ej.
" Tú eres un tarado tu actuar no me gusta para nada,no te soporto"..
"Lo que me hicistes no me gustó porque...."
HABLAR CON LA VERDAD asi de sencillo.
Cuando te quitas el calzón quedas desnudo =) , pues bien a eso se refiere a que hables sin encubrir nada.
Bye!
Sin pelos en la lengua
xD
sin tapujos, solo la verdad. sin hipocresia. a lo derecho. sin mamadas para que me entiendas.
Significa que hables con sinceridad.
Saludos