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En un post de Taringa cuentan esta historia:

Natalio Ruiz paseaba los domingos por la tarde, junto con su amada Rosaura, alrededor de la Plaza Mayor.

Casi siempre los acompañaba una amiga de ella o alguna primas. Él tenía porte distintivo. Su aire serio le daba todavía mayor majestuosidad y su sombrero gris completaba el cuadro. Esta historia es de 1930.

Santiago, el sobrino nieto de Martiniano Gómez Azcurrain, amigo personal y confidente de Natalio Ruiz, narra los hechos

Rosaura, la amada de Natalio, vivía con sus primas y con su solterona tía Eduviges, en una casona de Belgrano "R", que todavía hoy existe, en la calle Zapiola entre Mendoza y Juramento.

Rosaura era una muchacha delicada de salud y que padecía crisis asmáticas, por lo que los médicos que la atendían, le prescribieron prolongadas estancias en las sierras de Cosquín, provincia de Córdoba.

Natalio, fiel a su afición por la escritura, se escribía cartas con Rosaura. Ella enviaba sus misivas que pasaba a buscar Natalio cada quince días por la casona de Belgrano.

Dicen que una calurosa tarde de febrero, y estando las primas de Rosaura en Cosquín, de vacaciones, Natalio concurrió a la residencia de la calle Zapiola, y fue recibido por la tía Eduviges, quien lo hizo pasar y le convidó con una fresca limonada que ella misma había preparado y Natalio, dado lo agobiante de la jornada, aceptó.

Además de ser una excusa para conversar con la tía, con la que debía congraciarse y animarse a pedirle la mano de su sobrina. A la media hora Natalio comenzó a sentirse mareado y se desmayó. A la noche, se despertó y estaba en el dormitorio de Eduviges. Al escuchar el ruido de los tacones de la tía, buscó sus pantalones, se los puso y salió corriendo de la habitación, sin prestarle atención a las palabras de amor de la mujer.

Martiniano alcanzó a recibir un par de correpondencias desde Montevideo. Desde allí, Natalio le informó de su vivencia. De su vergüenza y la necesidad de desaparecer de Buenos Aires y de la vida de Rosaura.

Estaba triste y deprimido. Iba a trabajar en la redacción de "El Oriental", situación que en otro momento lo hubiera entusiasmado muchísimo. Pasados seis o siete años un amigo en común le comentó a Martiniano que creía haber visto a Natalio perdido, por las calles de Colonia del Sacramento. Hablaba solo y saludaba a quien se le cruzara con un gesto trági-cómico: se llevaba la mano derecha a su cabeza, como quien sacara su sombrero y lo volviera a poner en su lugar. Pero no llevaba sombrero.

El sombrero gris de Natalio permaneció guardado en una caja, en un rincón del ropero de Eduviges. Fue descubierto varios años después por una nietita de Eduviges ( no entiendo si era solterona quien era el padre de la hija de Eduviges). la niña jugando con las cosas de la abuela, se topó con el sombrero. Luego lo usó Romualdo, el jardinero.

Rosaura falleció repentinamente. Se cree que no sobrevivió a la desdicha y a un fuerte ataque de asma al volver a Buenos Aires. En el Cementerio de la Recoleta no hay ningún indicio de que Natalio descanse allí.

la cancion sobre un censor es esta otra: http://www.youtube.com/watch?v=i0XkQz1G4LE

No tengo la menor idea, el que seguro lo sabe es Charly García que escribió la letra para Sui Generis.

Saludos!!!