La sentencia es una parábola de Cristo que está aún vigente y lo seguirá estando mientras el ser humano no se dedique verdaderamente a practicar la justicia y equidad para con sus hermanos y su ambiente. El mismo Cristo es una prueba contundente de lo que predicó y profesó con el ejemplo y la acción. Se hizo redentor en la cruz como justo para la salvación de los pecadores. Sin embargo, no debemos equivocarnos, lo que debemos magnificar no es su crucifixión sino su resurrección.
Una primera lectura de la parábola nos dice que: Juzgamos a nuestros semejantes en la mayoría de las veces desde una posición equivocada y la peor postura es hacerlo generalizando. Este error se comete en todos los ámbitos de nuestras vidas, en el hogar, en el plano laboral y hasta en la sociedad misma, tanto así que “las acciones negativas de las personas tendrán efectos en si mismas y en aquellas que conviven en su entorno.”
Por la vía de un ejemplo como segunda lectura: Ser malos padres no solo nos perjudica como personas (pecadores), perjudica a la postre a nuestros hijos (justos) quienes pagarán las culpas de nuestra mala enseñanza para con ellos… Erika Calanche Ramos en el artículo de la fuente escribe lo siguiente: “…la parábola de Cristo será una cadena generativa en el proceso de vida de las personas en este planeta influyendo en el ser por el ser condicionado a su entorno de desarrollo donde se respeta o quebranta toda vida en la tierra.”
Otro ejemplo más elocuente y de mayor fuerza en el cumplimiento de la parábola de marras lo vemos en el caso del terrible fenómeno del calentamiento global y efecto invernadero, muchos inocentes muriendo a causa de los malos hijos de la Pachamama que se han dado a la tarea de saquear los recursos del suelo y subsuelo de forma ambiciosa e irracional sin importar si contaminan, desertifican o causan un desequilibrio en una región o nación entera. Las consecuencias son evidentes: Tsunamis, vaguadas, sequías prolongadas, aumento del nivel de los mares por el deshielo de los casquetes polares, malformaciones genéticas por el abuso en sustancias agrotóxicas en el campo,…, pareciera que se quiere alarmar con amenazas de tiempos apocalípticos pero es la realidad cruda y amarga que estarán pagando justos por culpa de un “minúsculo grupo” de pecadores.
Cuando digo “minúsculo grupo”, me refiero a un 1% de la población del mundo (en situación de extrema riqueza), que se ha dado a la tarea de monopolizar y apoderarse de forma egoísta de más de la mitad del patrimonio del orbe (tierra, alimentos, viviendas, transporte, medios de formación e información) que debería estar en manos de todos, excluyendo de oportunidades a más de la mitad de la población del mundo que vive en extrema pobreza.
Cuando en un grupo de personas con un determinado calificativo, si uno sólo de sus miembros hace algo indebido, se tiende a generalizar y a decir que todos son iguales de incorrectos, asà sean miles los correctos y sólo uno el incorrecto.
Siempre, antes de juzgar, hazlo sólo con la persona indicada, nunca generalizes condenando al resto de los miembros del grupo junto con el verdadero culpable.
Answers & Comments
Verified answer
La sentencia es una parábola de Cristo que está aún vigente y lo seguirá estando mientras el ser humano no se dedique verdaderamente a practicar la justicia y equidad para con sus hermanos y su ambiente. El mismo Cristo es una prueba contundente de lo que predicó y profesó con el ejemplo y la acción. Se hizo redentor en la cruz como justo para la salvación de los pecadores. Sin embargo, no debemos equivocarnos, lo que debemos magnificar no es su crucifixión sino su resurrección.
Una primera lectura de la parábola nos dice que: Juzgamos a nuestros semejantes en la mayoría de las veces desde una posición equivocada y la peor postura es hacerlo generalizando. Este error se comete en todos los ámbitos de nuestras vidas, en el hogar, en el plano laboral y hasta en la sociedad misma, tanto así que “las acciones negativas de las personas tendrán efectos en si mismas y en aquellas que conviven en su entorno.”
Por la vía de un ejemplo como segunda lectura: Ser malos padres no solo nos perjudica como personas (pecadores), perjudica a la postre a nuestros hijos (justos) quienes pagarán las culpas de nuestra mala enseñanza para con ellos… Erika Calanche Ramos en el artículo de la fuente escribe lo siguiente: “…la parábola de Cristo será una cadena generativa en el proceso de vida de las personas en este planeta influyendo en el ser por el ser condicionado a su entorno de desarrollo donde se respeta o quebranta toda vida en la tierra.”
Otro ejemplo más elocuente y de mayor fuerza en el cumplimiento de la parábola de marras lo vemos en el caso del terrible fenómeno del calentamiento global y efecto invernadero, muchos inocentes muriendo a causa de los malos hijos de la Pachamama que se han dado a la tarea de saquear los recursos del suelo y subsuelo de forma ambiciosa e irracional sin importar si contaminan, desertifican o causan un desequilibrio en una región o nación entera. Las consecuencias son evidentes: Tsunamis, vaguadas, sequías prolongadas, aumento del nivel de los mares por el deshielo de los casquetes polares, malformaciones genéticas por el abuso en sustancias agrotóxicas en el campo,…, pareciera que se quiere alarmar con amenazas de tiempos apocalípticos pero es la realidad cruda y amarga que estarán pagando justos por culpa de un “minúsculo grupo” de pecadores.
Cuando digo “minúsculo grupo”, me refiero a un 1% de la población del mundo (en situación de extrema riqueza), que se ha dado a la tarea de monopolizar y apoderarse de forma egoísta de más de la mitad del patrimonio del orbe (tierra, alimentos, viviendas, transporte, medios de formación e información) que debería estar en manos de todos, excluyendo de oportunidades a más de la mitad de la población del mundo que vive en extrema pobreza.
SIGNIFICA:
Cuando en un grupo de personas con un determinado calificativo, si uno sólo de sus miembros hace algo indebido, se tiende a generalizar y a decir que todos son iguales de incorrectos, asà sean miles los correctos y sólo uno el incorrecto.
Siempre, antes de juzgar, hazlo sólo con la persona indicada, nunca generalizes condenando al resto de los miembros del grupo junto con el verdadero culpable.
SE DIJO POR JESUS EN 1499
Se dijo por primera vez es la tragicomedia Calisto y Melibea en 1499, en los tiempos de Jesús.
Saludos.