El 26 de setiembre de 1820 fue elegido gobernador de la provincia de Buenos Aires, Martín Rodríguez, su ministro de gobierno fue Bernardino Rivadavia.
El gobierno de Martín Rodríguez fue conocido como la “feliz experiencia” porque representó una etapa de pacificación y prosperidad para Buenos Aires. A pesar de la crisis política desatada después de la batalla de Cepeda, los cambios ocurridos no fueron totalmente perjudiciales para la provincia. El gobierno perdió su condición de nacional pero no los beneficios económicos que poseía: el puerto más importante del país y su aduana, es decir los ingresos más elevados de todo el territorio nacional. El ministro Bernardino Rivadavia llevó a cabo un plan de reformas con la aspiración de crear un estado moderno, y para eso era necesario mejorar la situación financiera, política, militar y cultural de la provincia. En las reformas rivadavianas estaban presentes los principios del liberalismo: libertades políticas, garantías a la propiedad privada, incorporación al mercado mundial (a través de la venta de materias primas derivadas de la ganadería, como el cuero) y limitación del poder eclesiástico. La ley de Prensa dictada en 1821 otorgaba un amplio margen de libertad al periodismo local y provocó la proliferación de nuevos periódicos y papeles públicos en la ciudad.
Reformas administrativas.
Una de las reformas más drásticas que realizó Rivadavia en el plano administrativo fue la supresión de los cabildos existentes en la provincia. Lo que el gobierno intentaba hacer era modernizar parte del aparato político-administrativo heredado de la colonia y centralizar la estructura administrativa en manos del poder provincial.
En materia de Justicia, la reforma implementada estableció un régimen mixto: justicia de primera instancia, letrada y rentada, y justicia de paz, lega y gratuita.
Reformas militares.
La ley de Reforma Militar redujo drásticamente el aparato militar heredado de la revolución. Se perseguía con ella un doble objetivo: reducir los gastos del Estado frente a un Ejército que resultaba oneroso mantener una vez concluidas las guerras de independencia y reorientar las fuerzas militares hacia nuevos objetivos. El proyecto preveía además que el Ejército estaría constituido por soldados contratados y reclutados, pero las dificultades para cubrir las plazas llevaron rápidamente al reclutamiento de los llamados “vagos y mal entretenidos” para quienes el Ejército significó una dura vía de disciplina. A las fuerzas regulares se sumaron las milicias, reorganizadas por ley en 1823.
Estas dos fuerzas militares fueron destinadas a la frontera sur para defender la campaña de los ataques indígenas. Para el gobierno era indispensable asegurar dicha frontera si pretendía consolidar cierto crecimiento económico: el campo era el proveedor de alimentos para la ciudad y escenario de la incipiente expansión ganadera de aquellos años. De manera que el gobernador Martín Rodríguez organizó una campaña militar contra los indios, con el objetivo de incorporar nuevas tierras y asegurar las ya ocupadas. Los resultados no fueron muy alentadores: los malones siguieron asolando a la campaña bonaerense, dejando como único saldo la fundación del Fuerte Independencia alrededor del cual creció después la ciudad de Tandil.
Reformas eclesiásticas.
La ley de Reforma Religiosa suprimió algunas órdenes religiosas, se apropió de sus bienes, prescribió normas rígidas para el ingreso a la vida conventual, suprimió los diezmos (por lo que el Estado se hizo cargo del culto) y sometió a todo el personal eclesiástico a las leyes de la magistratura civil.
Como era de esperarse, ambas reformas (la militar y la eclesiástica) generaron gran descontento entre el personal directamente afectado. Algunos de los desplazados protagonizaron a comienzos de 1823 un motín que fue descubierto y rápidamente reprimido por el gobierno, con lo que quedó frustrado su intento de golpe.
Reformas culturales.
La acción cultural desplegada en la gestión de Rivadavia fue tan intensa como en otras áreas. La fundación de la Universidad de Buenos Aires en 1821 fue la medida más destacada en este plano. Pero la reforma apuntó también a la enseñanza media y elemental. A tal efecto se creó el Colegio de Ciencias naturales y se transformó el Colegio de la Unión del Sur en el Colegio de Ciencias Morales. La enseñanza elemental por unos años pasó a depender de la Universidad, a través de su departamento de Primeras Letras, que controlaba la escuelas de la ciudad y la campaña y coordinaba la aplicación del sistema lancasteriano, por el cual los alumnos más avanzados enseñaban los conocimientos elementales a los que recién se iniciaban.
Al mismo tiempo se dio impulso a la Biblioteca Pública y a la fundación de muy diversas sociedades. Se crearon la Academia de Medicina, la de Ciencias Físicas y Matemáticas, la de Música; se dio nuevo impulso a la enseñanza del Derecho con la intensificación de la Academia de
El gobierno de Martín Rodríguez se adjudicó el manejo exclusivo del puerto y la aduana. Además, efectuó una reforma financiera, con el objetivo de establecer una administración más sencilla y eficiente y reactivar las finanzas de la provincia. Se dictaron leyes de retiro de empleados civiles y de retiros militares, a fin de lograr una reducción de los gastos. Se inició la elaboración anual del presupuesto, que se presentaba a la Sala de Representantes, la cual debía aprobar los gastos y establecer los ingresos.
Banco de Descuento:
La pérdida de la zona minera del Alto Perú y la balanza comercial desfavorable habían provocado la falta del metálico, y la escasez de capitales había originado la suba de intereses, lo cual dificultaba las actividades económicas.
Para solucionar el problema financiero fue creado en 1822 el Banco de Descuento de Buenos Aires. Sus funciones eran descontar letras, pagarés y obligaciones, recibir depósitos y emitir papel moneda.
El balance de las actividades del primer año fue positivo, pero pronto comenzaron a manifestarse las dificultades cuando la emisión de moneda superó las reservas. Finalmente el banco se desprestigió y se inició el proceso de depreciación monetaria, inflación y suba de precios.
El primer empréstito extranjero:
Con el objetivo de construir el puerto y la red de agua corriente, y establecer pueblos y ciudades, se pidieron prestados $1.000.000 (de la época) a la Baring Brothers de Londres, con una tasa de 6,5% por año. La Baring retuvo más de la mitad del total, que nunca entregó, y casi todo lo que entregó lo hizo, no en moneda metálica, sino en letras de cambio contra casas comerciales en Londres. Una estafa perfecta.
Las obras previstas nunca se realizaron: una parte del préstamo se destinó a la creación del Banco Nacional, otra para la guerra con Brasil y el resto para empréstitos a comerciantes. Los gobiernos posteriores no pudieron hacer frente a la deuda, que se pagó, finalmente, en 1904.
El sistema de enfiteusis:
La política financiera de la provincia originó la hipoteca de la tierra pública, entregada en garantía de la deuda interna y externa, lo que imposibilitaba su venta.
Entonces, Rivadavia decidió aplicar el sistema de enfiteusis, que consistía en un arrendamiento de tierras del estado a particulares a largo plazo, a cambio del pago de una renta. Lo recaudado de esta manera se destinaba al pago de la deuda. Esta política se llevó a cabo en Buenos Aires; luego, por iniciativa del posterior presidente Rivadavia, se extendió a todo el país.
Los resultados de la medida no fueron afortunados: los jurados encargados de establecer el monto a pagar fijaron precios muy bajos y los enfiteutas no pagaron con regularidad. Finalmente, el sistema de enfiteusis contribuyó a la formación de latifundios.
Políticas
Se suprimieron los cabildos.
Para lograr la pacificación interna, se votó la ley del olvido, que permitió regresar a los desterrados y se inició un clima de distensión política.
Terminada la guerra de la Independencia, la provincia heredó un ejército numeroso e indisciplinado. La reforma militar propuso una reducción drástica para aliviar las cuentas de la provincia.
Se sancionó la Ley de Retiro de Empleados Civiles.
Se formó la Junta de Representantes, formada por diputados elegidos por el pueblo.
El poder ejecutivo estaría a cargo de un gobernador que duraría 3 años y sería elegido por la Junta de Representantes.
Sociales
Ley de Reforma del Clero:
Rivadavia sometió a la Iglesia al control del Estado, abolió el fuero eclesiástico y el diezmo, se suprimieron algunas órdenes religiosas y algunas tierras de los conventos fueron secularizadas. La Iglesia, además, padeció la reducción de sus funciones educativas.
El objetivo que buscaba Rivadavia con todo esto era que la Iglesia tuviera menos poder social.
Creación del Archivo General
Creación de la Bolsa de Comercio
Sociedad de Beneficencia
Reorganizó la administración de correos
Promulgó las leyes de reforma del clero, la milicia y la policía
Estableció escuelas en pueblos de frontera y fortines
Ordenó la creación de la localidad de Tandil
Reforma educativa en Buenos Aires [editar]El estado provincial impulsó una expansión del sistema educativo en todos los niveles, sobre la base de los modelos europeos, intentando reemplazar a la Iglesia en la responsabilidad de educar.
La educación elemental La educación, considerada de suma importancia para la elevación del pueblo y el engrandecimiento de la Nación, se impartió en forma gratuita; al mismo tiempo se eliminó la obligatoriedad de la enseñanza de la religión católica.
En la ciudad y en la campaña se crearon numerosas escuelas, en las cuales se aplicó el sistema lancasteriano: los alumnos aventajados colaboraban con el maestro en el proceso de enseñanza.
El Colegio de Ciencias Morales El antiguo colegio de la Unión del Sud
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El 26 de setiembre de 1820 fue elegido gobernador de la provincia de Buenos Aires, Martín Rodríguez, su ministro de gobierno fue Bernardino Rivadavia.
El gobierno de Martín Rodríguez fue conocido como la “feliz experiencia” porque representó una etapa de pacificación y prosperidad para Buenos Aires. A pesar de la crisis política desatada después de la batalla de Cepeda, los cambios ocurridos no fueron totalmente perjudiciales para la provincia. El gobierno perdió su condición de nacional pero no los beneficios económicos que poseía: el puerto más importante del país y su aduana, es decir los ingresos más elevados de todo el territorio nacional. El ministro Bernardino Rivadavia llevó a cabo un plan de reformas con la aspiración de crear un estado moderno, y para eso era necesario mejorar la situación financiera, política, militar y cultural de la provincia. En las reformas rivadavianas estaban presentes los principios del liberalismo: libertades políticas, garantías a la propiedad privada, incorporación al mercado mundial (a través de la venta de materias primas derivadas de la ganadería, como el cuero) y limitación del poder eclesiástico. La ley de Prensa dictada en 1821 otorgaba un amplio margen de libertad al periodismo local y provocó la proliferación de nuevos periódicos y papeles públicos en la ciudad.
Reformas administrativas.
Una de las reformas más drásticas que realizó Rivadavia en el plano administrativo fue la supresión de los cabildos existentes en la provincia. Lo que el gobierno intentaba hacer era modernizar parte del aparato político-administrativo heredado de la colonia y centralizar la estructura administrativa en manos del poder provincial.
En materia de Justicia, la reforma implementada estableció un régimen mixto: justicia de primera instancia, letrada y rentada, y justicia de paz, lega y gratuita.
Reformas militares.
La ley de Reforma Militar redujo drásticamente el aparato militar heredado de la revolución. Se perseguía con ella un doble objetivo: reducir los gastos del Estado frente a un Ejército que resultaba oneroso mantener una vez concluidas las guerras de independencia y reorientar las fuerzas militares hacia nuevos objetivos. El proyecto preveía además que el Ejército estaría constituido por soldados contratados y reclutados, pero las dificultades para cubrir las plazas llevaron rápidamente al reclutamiento de los llamados “vagos y mal entretenidos” para quienes el Ejército significó una dura vía de disciplina. A las fuerzas regulares se sumaron las milicias, reorganizadas por ley en 1823.
Estas dos fuerzas militares fueron destinadas a la frontera sur para defender la campaña de los ataques indígenas. Para el gobierno era indispensable asegurar dicha frontera si pretendía consolidar cierto crecimiento económico: el campo era el proveedor de alimentos para la ciudad y escenario de la incipiente expansión ganadera de aquellos años. De manera que el gobernador Martín Rodríguez organizó una campaña militar contra los indios, con el objetivo de incorporar nuevas tierras y asegurar las ya ocupadas. Los resultados no fueron muy alentadores: los malones siguieron asolando a la campaña bonaerense, dejando como único saldo la fundación del Fuerte Independencia alrededor del cual creció después la ciudad de Tandil.
Reformas eclesiásticas.
La ley de Reforma Religiosa suprimió algunas órdenes religiosas, se apropió de sus bienes, prescribió normas rígidas para el ingreso a la vida conventual, suprimió los diezmos (por lo que el Estado se hizo cargo del culto) y sometió a todo el personal eclesiástico a las leyes de la magistratura civil.
Como era de esperarse, ambas reformas (la militar y la eclesiástica) generaron gran descontento entre el personal directamente afectado. Algunos de los desplazados protagonizaron a comienzos de 1823 un motín que fue descubierto y rápidamente reprimido por el gobierno, con lo que quedó frustrado su intento de golpe.
Reformas culturales.
La acción cultural desplegada en la gestión de Rivadavia fue tan intensa como en otras áreas. La fundación de la Universidad de Buenos Aires en 1821 fue la medida más destacada en este plano. Pero la reforma apuntó también a la enseñanza media y elemental. A tal efecto se creó el Colegio de Ciencias naturales y se transformó el Colegio de la Unión del Sur en el Colegio de Ciencias Morales. La enseñanza elemental por unos años pasó a depender de la Universidad, a través de su departamento de Primeras Letras, que controlaba la escuelas de la ciudad y la campaña y coordinaba la aplicación del sistema lancasteriano, por el cual los alumnos más avanzados enseñaban los conocimientos elementales a los que recién se iniciaban.
Al mismo tiempo se dio impulso a la Biblioteca Pública y a la fundación de muy diversas sociedades. Se crearon la Academia de Medicina, la de Ciencias Físicas y Matemáticas, la de Música; se dio nuevo impulso a la enseñanza del Derecho con la intensificación de la Academia de
nombra las reformas ribadavianas
Reformas de Rivadavia y García [editar]Económicas
El gobierno de Martín Rodríguez se adjudicó el manejo exclusivo del puerto y la aduana. Además, efectuó una reforma financiera, con el objetivo de establecer una administración más sencilla y eficiente y reactivar las finanzas de la provincia. Se dictaron leyes de retiro de empleados civiles y de retiros militares, a fin de lograr una reducción de los gastos. Se inició la elaboración anual del presupuesto, que se presentaba a la Sala de Representantes, la cual debía aprobar los gastos y establecer los ingresos.
Banco de Descuento:
La pérdida de la zona minera del Alto Perú y la balanza comercial desfavorable habían provocado la falta del metálico, y la escasez de capitales había originado la suba de intereses, lo cual dificultaba las actividades económicas.
Para solucionar el problema financiero fue creado en 1822 el Banco de Descuento de Buenos Aires. Sus funciones eran descontar letras, pagarés y obligaciones, recibir depósitos y emitir papel moneda.
El balance de las actividades del primer año fue positivo, pero pronto comenzaron a manifestarse las dificultades cuando la emisión de moneda superó las reservas. Finalmente el banco se desprestigió y se inició el proceso de depreciación monetaria, inflación y suba de precios.
El primer empréstito extranjero:
Con el objetivo de construir el puerto y la red de agua corriente, y establecer pueblos y ciudades, se pidieron prestados $1.000.000 (de la época) a la Baring Brothers de Londres, con una tasa de 6,5% por año. La Baring retuvo más de la mitad del total, que nunca entregó, y casi todo lo que entregó lo hizo, no en moneda metálica, sino en letras de cambio contra casas comerciales en Londres. Una estafa perfecta.
Las obras previstas nunca se realizaron: una parte del préstamo se destinó a la creación del Banco Nacional, otra para la guerra con Brasil y el resto para empréstitos a comerciantes. Los gobiernos posteriores no pudieron hacer frente a la deuda, que se pagó, finalmente, en 1904.
El sistema de enfiteusis:
La política financiera de la provincia originó la hipoteca de la tierra pública, entregada en garantía de la deuda interna y externa, lo que imposibilitaba su venta.
Entonces, Rivadavia decidió aplicar el sistema de enfiteusis, que consistía en un arrendamiento de tierras del estado a particulares a largo plazo, a cambio del pago de una renta. Lo recaudado de esta manera se destinaba al pago de la deuda. Esta política se llevó a cabo en Buenos Aires; luego, por iniciativa del posterior presidente Rivadavia, se extendió a todo el país.
Los resultados de la medida no fueron afortunados: los jurados encargados de establecer el monto a pagar fijaron precios muy bajos y los enfiteutas no pagaron con regularidad. Finalmente, el sistema de enfiteusis contribuyó a la formación de latifundios.
Políticas
Se suprimieron los cabildos.
Para lograr la pacificación interna, se votó la ley del olvido, que permitió regresar a los desterrados y se inició un clima de distensión política.
Terminada la guerra de la Independencia, la provincia heredó un ejército numeroso e indisciplinado. La reforma militar propuso una reducción drástica para aliviar las cuentas de la provincia.
Se sancionó la Ley de Retiro de Empleados Civiles.
Se formó la Junta de Representantes, formada por diputados elegidos por el pueblo.
El poder ejecutivo estaría a cargo de un gobernador que duraría 3 años y sería elegido por la Junta de Representantes.
Sociales
Ley de Reforma del Clero:
Rivadavia sometió a la Iglesia al control del Estado, abolió el fuero eclesiástico y el diezmo, se suprimieron algunas órdenes religiosas y algunas tierras de los conventos fueron secularizadas. La Iglesia, además, padeció la reducción de sus funciones educativas.
El objetivo que buscaba Rivadavia con todo esto era que la Iglesia tuviera menos poder social.
Creación del Archivo General
Creación de la Bolsa de Comercio
Sociedad de Beneficencia
Reorganizó la administración de correos
Promulgó las leyes de reforma del clero, la milicia y la policía
Estableció escuelas en pueblos de frontera y fortines
Ordenó la creación de la localidad de Tandil
Reforma educativa en Buenos Aires [editar]El estado provincial impulsó una expansión del sistema educativo en todos los niveles, sobre la base de los modelos europeos, intentando reemplazar a la Iglesia en la responsabilidad de educar.
La educación elemental La educación, considerada de suma importancia para la elevación del pueblo y el engrandecimiento de la Nación, se impartió en forma gratuita; al mismo tiempo se eliminó la obligatoriedad de la enseñanza de la religión católica.
En la ciudad y en la campaña se crearon numerosas escuelas, en las cuales se aplicó el sistema lancasteriano: los alumnos aventajados colaboraban con el maestro en el proceso de enseñanza.
El Colegio de Ciencias Morales El antiguo colegio de la Unión del Sud