El australiano Greg McLean se basó en hechos reales ocurridos en Australia para dirigir y escribir esta película, su ópera prima. Bebiendo del movimiento dogma pero también del cine más clásico, WOLF CREEK está rodada con un estilo hiperrealista, que la hace parecer "poco más que una "recreación" de un crimen real". Para ello, "la película contiene imágenes explícitas e intensas que pueden resultar incómodas para el espectador, pero también explora la naturaleza anodina y mundana de la violencia y, en cierto modo, es un viaje a un mundo de pura maldad", según el propio director.