Hierba anual de baja talla, que crece prácticamente pegada al suelo. Las hojas son estrechas, casi lineares, pequeñas y algo carnosas, de sección triangular. La planta germina durante el invierno o a finales del otoño, y florece hacia abril y mayo, produciendo abundantes y llamativas flores, pequeñas (en torno a 1 cm de diámetro), con pétalos de color rosa morado intenso, que contrastan con los estambres y estigmas amarillentos. Es una especie gregaria, que llega a cubrir enormes superficies e incluso cerros completos en las majadas, confiriendo al paisaje un color espectacular, difícilmente repetible en otras partes de España.
Se conocen en Belalcázar dos subespecies. La más abundante es la subsp. longipes, con pétalos de unos 5 mm, y cuyas flores se sitúan al final de largos pedúnculos o rabillos. En contraste con ésta, se localiza la subsp. rubra, de flores más pequeñas –pétalos de unos 3 mm de longitud- y pedicelos muy cortos.
La planta se agosta con rapidez hacia finales de mayo o principios de junio, quedando sobre el suelo los restos ya secos de tallos y hojas. El nombre de ‘salvadillo’ proviene probablemente del aspecto de esas partes secas, y en particular los cálices de las flores, cuya consistencia y tamaño recuerdan mucho al de las hojuelas que cubren el grano de los cereales, y que a la postre forman el ‘salvado’ del trigo o la cebada.
HÁBITAT
Vive en posíos, majadales, cunetas pastoreadas e incluso sembrados –cuando provienen de pastos recientemente roturados-, sobre suelos más o menos compactados, generados a partir de rocas silíceas. En Belalcázar, la subsp. longipes parece preferir los sustratos derivados de pizarras, mientras que la rubra, aparentemente más escasa, tiende a localizarse más fácilmente sobre suelos provinientes de granitos.
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Hierba anual de baja talla, que crece prácticamente pegada al suelo. Las hojas son estrechas, casi lineares, pequeñas y algo carnosas, de sección triangular. La planta germina durante el invierno o a finales del otoño, y florece hacia abril y mayo, produciendo abundantes y llamativas flores, pequeñas (en torno a 1 cm de diámetro), con pétalos de color rosa morado intenso, que contrastan con los estambres y estigmas amarillentos. Es una especie gregaria, que llega a cubrir enormes superficies e incluso cerros completos en las majadas, confiriendo al paisaje un color espectacular, difícilmente repetible en otras partes de España.
Se conocen en Belalcázar dos subespecies. La más abundante es la subsp. longipes, con pétalos de unos 5 mm, y cuyas flores se sitúan al final de largos pedúnculos o rabillos. En contraste con ésta, se localiza la subsp. rubra, de flores más pequeñas –pétalos de unos 3 mm de longitud- y pedicelos muy cortos.
La planta se agosta con rapidez hacia finales de mayo o principios de junio, quedando sobre el suelo los restos ya secos de tallos y hojas. El nombre de ‘salvadillo’ proviene probablemente del aspecto de esas partes secas, y en particular los cálices de las flores, cuya consistencia y tamaño recuerdan mucho al de las hojuelas que cubren el grano de los cereales, y que a la postre forman el ‘salvado’ del trigo o la cebada.
HÁBITAT
Vive en posíos, majadales, cunetas pastoreadas e incluso sembrados –cuando provienen de pastos recientemente roturados-, sobre suelos más o menos compactados, generados a partir de rocas silíceas. En Belalcázar, la subsp. longipes parece preferir los sustratos derivados de pizarras, mientras que la rubra, aparentemente más escasa, tiende a localizarse más fácilmente sobre suelos provinientes de granitos.