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Toda la Biblia está llena de condenas a la hechicería, estableciéndose en varios casos una especie de lucha entre ella y la religión verdadera, como se presenta en los enfrentamientos o comparaciones entre José y los hechiceros (Gen_41:8), Moisés y los hechiceros (Exo_7:10-12) y Daniel y los hechiceros (Dan_2:1-49).

Los pueblos cananeos eran muy practicantes de la hechicería, y Dios prohibió toda actividad que se relacionase con ella. “No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni hechiceros, ni quien consulte a los muertos” (Deu_18:10-12). Esta lista se repite, con pequeñas diferencias, en otras partes de la Biblia (2Re_21:6; 2Cr_33:6; Miq_5:12). Es difícil clasificar los casos de conformidad con una sola de las prácticas mágicas, pues casi siempre las personas realizan varias de ellas al mismo tiempo. Sin embargo, por el énfasis de sus

debe ser algun pokemon

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