Los Elfos son una “moda” entre los jóvenes quienes buscan en esos muñecos de plástico, parecidos a un duende, hacer a un lado su soledad.
Su costo que va desde los 500 hasta los mil 200 pesos, dependiendo del tamaño y la vestimenta que lleven las figuras que miden aproximadamente 50 centímetros, conceden deseos y algunos dones si sus dueños los cuidan, alimentan y mantienen contentos.
De acuerdo con los coleccionistas los Elfos son como seres humanos que necesitan cuidados como los de un niño. De lo contrario, “se enojan y pueden incluso tratarte mal o castigarte”.
Parte de las atenciones que deben darle a los muñecos van desde cambiarlos de ropa, pasearlos, alimentarlos y hablar con ellos.
“Sólo comen los viernes y los martes, y lo que comen varía de acuerdo al duende que sea”, explica Mayra una de las vendedoras de Elfos en el Chopo.
Y es que existen al menos una veintena de muñecos distintos, que varían en sus caras, vestimenta y en los “dones” que pueden ofrecer.
Por ejemplo, Puk, un duende vestido con un pantalón a rayas naranjas y verdes y un sombrero con cascabeles en las puntas, es el guardián de la suerte y los juegos de azar. Sonia, su dueña, lo alimenta con dulces y agua simple.
En cambio, Teia, es un duende que cuida la naturaleza y de acuerdo con Conny, sólo come pétalos de rosa.
Además de estos Elfos los hay para el amor, la amistad, el cuidado de los niños, la sabiduría y la familia.
La actividad depende de su vestimenta y de sus amuletos. Dahel, quien tiene como don la fama y el éxito, siempre lleva consigo una piedra de cuarzo, está vestido con un pantalón café y chaleco negro.
Otra de las variantes de estos muñecos, son las hadas. Su tamaño es el mismo, pero su color de piel es azul; además de que su cabello tiene colores fosforescentes.
“Las hadas son las únicas que conceden deseos, pero también hacen travesuras, a veces esconden cosas”, explicó Roberto, uno de los vendedores mientras mostraba una muñeca con la nariz y orejas puntiagudas.
A pesar de su apariencia, estos muñecos, originarios de España, parecen ser tomados muy en serio por lo coleccionistas, pues una de las advertencias que se encuentra varias veces en las cajas donde son vendidos es que no es un juguete, y no debe ser usado por menores de catorce años.
A los elfos no se les puede dejar solos, por lo que en las calles de la ciudad cada vez se ven más jóvenes con este tipo de muñecos. Además deben tener agua e incienso por las noches.
Los Elfos son vendidos principalmente en los mercados que frecuentan los jóvenes como el de Coyoacán y el Chopo. Es ahí donde sus dueños intentan comprar un poco de compañía sin importar los cuidados que requieran “porque aunque te puedan hacer cosas malas a veces, pasa lo mismo con la gente. Vale la pena tener alguien con quien hablar”
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Los Elfos son una “moda” entre los jóvenes quienes buscan en esos muñecos de plástico, parecidos a un duende, hacer a un lado su soledad.
Su costo que va desde los 500 hasta los mil 200 pesos, dependiendo del tamaño y la vestimenta que lleven las figuras que miden aproximadamente 50 centímetros, conceden deseos y algunos dones si sus dueños los cuidan, alimentan y mantienen contentos.
De acuerdo con los coleccionistas los Elfos son como seres humanos que necesitan cuidados como los de un niño. De lo contrario, “se enojan y pueden incluso tratarte mal o castigarte”.
Parte de las atenciones que deben darle a los muñecos van desde cambiarlos de ropa, pasearlos, alimentarlos y hablar con ellos.
“Sólo comen los viernes y los martes, y lo que comen varía de acuerdo al duende que sea”, explica Mayra una de las vendedoras de Elfos en el Chopo.
Y es que existen al menos una veintena de muñecos distintos, que varían en sus caras, vestimenta y en los “dones” que pueden ofrecer.
Por ejemplo, Puk, un duende vestido con un pantalón a rayas naranjas y verdes y un sombrero con cascabeles en las puntas, es el guardián de la suerte y los juegos de azar. Sonia, su dueña, lo alimenta con dulces y agua simple.
En cambio, Teia, es un duende que cuida la naturaleza y de acuerdo con Conny, sólo come pétalos de rosa.
Además de estos Elfos los hay para el amor, la amistad, el cuidado de los niños, la sabiduría y la familia.
La actividad depende de su vestimenta y de sus amuletos. Dahel, quien tiene como don la fama y el éxito, siempre lleva consigo una piedra de cuarzo, está vestido con un pantalón café y chaleco negro.
Otra de las variantes de estos muñecos, son las hadas. Su tamaño es el mismo, pero su color de piel es azul; además de que su cabello tiene colores fosforescentes.
“Las hadas son las únicas que conceden deseos, pero también hacen travesuras, a veces esconden cosas”, explicó Roberto, uno de los vendedores mientras mostraba una muñeca con la nariz y orejas puntiagudas.
A pesar de su apariencia, estos muñecos, originarios de España, parecen ser tomados muy en serio por lo coleccionistas, pues una de las advertencias que se encuentra varias veces en las cajas donde son vendidos es que no es un juguete, y no debe ser usado por menores de catorce años.
A los elfos no se les puede dejar solos, por lo que en las calles de la ciudad cada vez se ven más jóvenes con este tipo de muñecos. Además deben tener agua e incienso por las noches.
Los Elfos son vendidos principalmente en los mercados que frecuentan los jóvenes como el de Coyoacán y el Chopo. Es ahí donde sus dueños intentan comprar un poco de compañía sin importar los cuidados que requieran “porque aunque te puedan hacer cosas malas a veces, pasa lo mismo con la gente. Vale la pena tener alguien con quien hablar”
suerte!!
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